06/10/2023
La disautonomía es una condición que, aunque quizás no tan conocida como otras, afecta a un número significativo de personas, alterando procesos corporales fundamentales que a menudo damos por sentados. Si alguna vez has experimentado episodios inexplicables de mareos, fatiga extrema, desmayos o respuestas inusuales de tu cuerpo ante cambios de posición o estrés, podrías estar familiarizándote con algunos de sus síntomas. Esta condición se caracteriza por una disfunción en el funcionamiento del sistema nervioso autónomo, la red de control involuntario de nuestro cuerpo.

El Sistema Nervioso Autónomo (SNA) es el director de una orquesta interna que regula funciones vitales como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la digestión, la respiración, la temperatura corporal y la respuesta al estrés. Cuando este sistema se desajusta, las señales entre el cerebro y el cuerpo se vuelven confusas, llevando a una amplia gama de síntomas que pueden ser debilitantes y afectar drásticamente la calidad de vida.

¿Qué es la Disautonomía?
La disautonomía no es una única enfermedad, sino un término general que describe un fallo en la regulación del SNA. Puede manifestarse de muchas formas, haciendo que su diagnóstico sea a veces complicado y sus síntomas se confundan con los de otras patologías. Los síntomas varían enormemente entre individuos y pueden incluir:
- Intolerancia ortostática (mareos, aturdimiento o taquicardia al ponerse de pie)
- Fatiga crónica y baja tolerancia al ejercicio
- Niebla mental y dificultades cognitivas
- Problemas gastrointestinales (náuseas, diarrea, estreñimiento)
- Anomalías en la sudoración y dificultad para regular la temperatura corporal
- Dolores de cabeza
- Palpitaciones o arritmias
- Ansiedad
- Problemas para dormir (insomnio)
Uno de los síntomas más dramáticos y reconocibles asociados a la disautonomía es el síncope, o desmayo, que es una pérdida pasajera de la conciencia a menudo desencadenada por una caída súbita de la presión arterial o falta de oxígeno en el cerebro, especialmente al cambiar de posición rápidamente.
Causas y Tipos de Disautonomía
Las causas exactas de la disautonomía no siempre son claras. En algunos casos, parece ser una condición primaria sin una causa subyacente identificable, común en adolescentes. En otros, es secundaria a otras enfermedades o condiciones que dañan el SNA, como diabetes, enfermedades neurodegenerativas (Parkinson, atrofia multisistémica), o infecciones virales. Recientemente, la disautonomía ha emergido como una secuela común del COVID-19, formando parte del síndrome conocido como 'Long COVID' o PASC (Post-Acute Sequelae of SARS-CoV-2 infection).
En el contexto post-COVID, la disautonomía podría ser provocada por:
- Disfunción del sistema inmunológico, que genera inflamación persistente o autoanticuerpos que atacan el SNA.
- Daño al revestimiento de los vasos sanguíneos (disfunción endotelial), afectando la regulación del flujo sanguíneo.
- Posibles efectos directos del virus SARS-CoV-2 sobre el tejido nervioso.
Se suelen distinguir dos tipos principales:
- Disautonomía Primaria: A menudo idiopática (causa desconocida) y diagnosticada principalmente en adolescentes y niños a través de exámenes físicos y el historial médico.
- Disautonomía Secundaria: Asociada a condiciones subyacentes que dañan el SNA, más frecuente en personas mayores de 40 años.
Diagnóstico de la Disautonomía
Debido a la variabilidad de sus síntomas, el diagnóstico de disautonomía puede ser un desafío. Un método diagnóstico clave es el Tilt Test (prueba de la mesa basculante). Durante esta prueba, el paciente es sujetado a una camilla que cambia gradualmente de posición (de horizontal a vertical) mientras se monitorean la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Si el paciente experimenta síntomas de disautonomía, como mareos o síncope, durante la inclinación, esto puede confirmar el diagnóstico.
Además del Tilt Test, el médico considerará el historial médico completo del paciente, los síntomas reportados y puede solicitar otras pruebas para descartar condiciones con síntomas similares o identificar causas subyacentes.
¿Cómo Actuar Durante un Episodio de Disautonomía?
Saber cómo reaccionar ante un episodio, especialmente un síncope, es crucial tanto para el paciente como para quienes lo rodean. Si alguien experimenta mareos intensos, debilidad o sensación de desmayo:
- Lo primero es asegurarse de que la persona no se golpee al caer. Ayúdala a sentarse o acostarse si es posible.
- Si la persona pierde el conocimiento, colócala en un lugar seguro y cómodo.
- Es fundamental elevar las piernas de la persona por encima del nivel del corazón para facilitar el retorno sanguíneo al cerebro.
- Si la persona vomita, gírala suavemente de lado para evitar que se ahogue (broncoaspire).
- Permanece con la persona hasta que recupere la conciencia y ofrécele apoyo.
- Si la recuperación no es rápida o hay otros síntomas preocupantes, busca asistencia médica profesional.
Tratamiento y Manejo de la Disautonomía
El tratamiento de la disautonomía es altamente individualizado y depende de los síntomas específicos de cada persona y de la causa subyacente, si la hay. En muchos casos, el manejo se centra en cambios en el estilo de vida para ayudar a regular el SNA y mitigar los síntomas.

Recomendaciones comunes incluyen:
- Hidratación Adecuada: Aumentar la ingesta de líquidos y electrolitos (como sodio) puede ayudar a mantener el volumen sanguíneo y la presión arterial.
- Dieta y Alimentación: Mantener comidas regulares y evitar el ayuno. Algunas personas se benefician de comidas más pequeñas y frecuentes.
- Gestión del Estrés: El estrés es un desencadenante común de los síntomas de disautonomía. Practicar técnicas de relajación, mindfulness o yoga puede ser muy útil.
- Ejercicio Físico: Aunque la intolerancia al ejercicio es un síntoma, la actividad física regular y adaptada (a menudo comenzando acostado o sentado) puede mejorar la tolerancia y la función cardiovascular a largo plazo.
- Reconocer Desencadenantes: Aprender a identificar situaciones, ambientes o actividades que empeoran los síntomas permite al paciente tomar medidas preventivas.
En algunos casos, pueden recetarse medicamentos para tratar síntomas específicos como la baja presión arterial (hipotensión), la taquicardia o los problemas gastrointestinales. Siempre es vital consultar a un médico especialista (neurólogo o cardiólogo, entre otros) para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
Acupuntura: Un Enfoque Complementario para la Disautonomía
La acupuntura, una práctica milenaria de la medicina tradicional china, ha ganado reconocimiento por su capacidad para influir en el sistema nervioso y promover el equilibrio corporal. Implica la inserción de agujas muy finas en puntos específicos del cuerpo para estimular la energía vital (Qi) y mejorar el flujo sanguíneo.
Dado que la disautonomía implica una desregulación del SNA, la acupuntura se presenta como una opción terapéutica complementaria prometedora. La investigación moderna sugiere varios mecanismos por los cuales la acupuntura podría ayudar:
- Regulación del SNA: La acupuntura ha demostrado modular la actividad de las ramas simpática (respuesta de lucha o huida) y parasimpática (respuesta de descanso y digestión) del SNA. Puede ayudar a reducir la sobreactividad simpática, común en la disautonomía, y potenciar la función parasimpática, promoviendo la calma y la recuperación.
- Efectos Antiinflamatorios: Al reducir la inflamación sistémica y activar el nervio vago, que tiene propiedades antiinflamatorias, la acupuntura podría mitigar uno de los posibles factores subyacentes de la disautonomía post-infecciosa, como la que sigue al COVID-19.
- Mejora del Flujo Sanguíneo: Se ha observado que la acupuntura mejora la microcirculación, lo cual podría ser beneficioso para los síntomas relacionados con la disfunción endotelial.
- Neuromodulación: Al influir en áreas cerebrales involucradas en la regulación autónoma, la acupuntura podría ayudar a restablecer la comunicación y el equilibrio dentro del SNA.
Evidencia y Consideraciones Prácticas
Si bien la investigación específica sobre la acupuntura para la disautonomía post-COVID aún está en desarrollo, estudios sobre otras formas de disautonomía, como el síndrome de taquicardia postural ortostática (POTS), han mostrado que la acupuntura puede reducir síntomas como mareos y fatiga. Estudios preliminares en pacientes con Long COVID también sugieren beneficios en síntomas como la fatiga y la niebla mental, que a menudo se superponen con la disautonomía.
Revisiones sistemáticas sobre la acupuntura para trastornos autonómicos destacan su seguridad y potencial para reducir la gravedad de los síntomas.
Si estás considerando la acupuntura como parte de tu plan de manejo para la disautonomía, es importante buscar un profesional licenciado y con experiencia en el tratamiento de este tipo de trastornos. La acupuntura debe verse como un complemento a la atención médica convencional y a los cambios en el estilo de vida, no como un sustituto.
Preguntas Frecuentes sobre Disautonomía y Acupuntura
¿Qué causa la disautonomía? Las causas varían; puede ser primaria (idiopática), secundaria a otras enfermedades (diabetes, neurodegenerativas) o desencadenada por infecciones como el COVID-19, afectando la regulación del Sistema Nervioso Autónomo.

¿Cuáles son los síntomas más comunes? Fatiga, mareos al ponerse de pie, síncope (desmayos), palpitaciones, problemas digestivos, dificultad para regular la temperatura y niebla mental son frecuentes.
¿Cómo se diagnostica la disautonomía? Generalmente se basa en la evaluación médica, el historial de síntomas y pruebas como el Tilt Test (prueba de la mesa basculante).
¿Puede la acupuntura curar la disautonomía? La acupuntura se considera un tratamiento complementario que puede ayudar a modular el SNA, reducir síntomas y mejorar la calidad de vida, pero no se presenta como una cura definitiva. Es parte de un enfoque integral.
¿Es segura la acupuntura para la disautonomía? Cuando es realizada por un profesional licenciado, la acupuntura es generalmente segura, con efectos secundarios mínimos.
Conclusión
La disautonomía, incluyendo la forma post-COVID, representa un desafío significativo para quienes la padecen, afectando su funcionamiento diario y bienestar. Comprender esta compleja condición y explorar todas las opciones de manejo es fundamental. La acupuntura ofrece un enfoque no invasivo con mecanismos plausibles para influir en la regulación del SNA, reducir la inflamación y mejorar la circulación. Aunque se necesita más investigación específica, la evidencia existente y su aplicación en trastornos autonómicos sugieren que la acupuntura podría ser una herramienta valiosa dentro de un plan de tratamiento integral para ayudar a los pacientes a recuperar el equilibrio y mejorar su calidad de vida.
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