26/05/2023
Cuando experimentamos dolor en la espalda, el cuello o la cabeza, buscamos alivio y soluciones efectivas. El sistema musculoesquelético es complejo y puede verse afectado por diversas razones, desde malas posturas hasta lesiones graves. En la búsqueda de bienestar, muchas personas consideran la quiropráctica como una opción de tratamiento. Pero, ¿qué tan efectiva es realmente la quiropráctica y en qué casos podría ser la mejor alternativa?
La quiropráctica es una disciplina de atención médica que se centra en el diagnóstico, tratamiento y prevención de trastornos del sistema musculoesquelético, especialmente de la columna vertebral. Su principal herramienta es el ajuste o manipulación vertebral, un procedimiento manual destinado a corregir supuestas desalineaciones o disfunciones articulares.

¿Qué Implica un Ajuste Quiropráctico?
Un ajuste quiropráctico, también conocido como manipulación vertebral, es un procedimiento realizado por quiroprácticos capacitados. Durante una sesión, es común que se le pida al paciente que se recueste sobre una mesa especialmente diseñada. El profesional utiliza sus manos o un pequeño instrumento para aplicar una fuerza controlada y precisa sobre una articulación, a menudo en la columna vertebral. El objetivo es mover la articulación ligeramente más allá de su rango de movimiento habitual.
Este proceso busca mejorar la movilidad de la columna vertebral y, consecuentemente, la capacidad general de movimiento del cuerpo. Es frecuente escuchar un chasquido o crujido durante el ajuste, que es el sonido de la liberación de gas en las articulaciones, similar a cuando te crujes los nudillos.
Las sesiones de ajuste suelen ser relativamente rápidas. En la primera visita, el quiropráctico suele realizar un historial médico detallado, un examen físico enfocado en la columna vertebral y, en algunos casos, puede solicitar exámenes adicionales como radiografías para evaluar la condición del paciente de manera más completa.
Efectividad de la Quiropráctica: ¿Para Qué Sirve?
Las razones más comunes por las que las personas buscan un ajuste quiropráctico son el dolor en la parte baja de la espalda (lumbalgia), el dolor de cabeza y el dolor de cuello. La investigación ha explorado la efectividad de la manipulación vertebral para estas afecciones.
Según la información disponible, los ajustes quiroprácticos pueden ser efectivos para aliviar la lumbalgia. La respuesta al tratamiento puede variar dependiendo de la causa específica del dolor de espalda, y a menudo se requieren varias sesiones para obtener resultados significativos. La investigación respalda la idea de que la manipulación vertebral funciona para tratar ciertos tipos de dolor lumbar.
Además de la lumbalgia, algunos estudios sugieren que el ajuste quiropráctico también puede ser beneficioso para tratar dolores de cabeza y otros trastornos relacionados con la columna vertebral, como el dolor de cuello. Sin embargo, es importante notar que la evidencia puede ser más sólida para la lumbalgia que para otras condiciones.
Es crucial entender que no todas las personas responden de la misma manera a los ajustes quiroprácticos. Si después de varias semanas de tratamiento los síntomas no mejoran, la quiropráctica podría no ser la opción más adecuada para esa persona en particular, y se deberían considerar otras alternativas o especialistas.
Riesgos y Consideraciones Importantes
Cuando los ajustes quiroprácticos son realizados por profesionales capacitados y debidamente matriculados, se consideran generalmente seguros. Sin embargo, como cualquier procedimiento de atención médica, existen riesgos, aunque las complicaciones graves son poco frecuentes.
Algunos riesgos potenciales incluyen:
- Problemas con los discos intervertebrales: Un ajuste podría, en casos raros, empeorar una hernia de disco existente, que es cuando el material blando del centro del disco se desplaza.
- Compresión nerviosa: Existe un riesgo, aunque bajo, de presión sobre los nervios, especialmente en la parte inferior de la columna vertebral.
- Accidente cerebrovascular: Un riesgo muy poco frecuente, pero grave, asociado específicamente con ajustes en el cuello. Esto se debe a la manipulación de las arterias que pasan por el cuello hacia el cerebro.
Dada la existencia de estos riesgos, hay ciertas condiciones bajo las cuales no se recomienda un ajuste quiropráctico. No deberías buscar este tipo de tratamiento si presentas:
- Osteoporosis grave.
- Entumecimiento, hormigueo o pérdida de fuerza en alguna extremidad (brazo o pierna), ya que podría indicar un problema nervioso más serio.
- Cáncer en la columna vertebral.
- Un riesgo incrementado de sufrir un accidente cerebrovascular.
- Problemas con la formación de un hueso específico en la parte superior del cuello.
Después de un ajuste, algunas personas experimentan efectos secundarios menores y temporales durante un par de días. Estos pueden incluir dolores de cabeza leves, dolor o molestias en las partes del cuerpo que fueron tratadas, y fatiga. Estos efectos suelen desaparecer por sí solos.
Quiropráctica vs. Traumatología: ¿Cuál es la Diferencia?
Ante una lesión o dolor musculoesquelético, es común preguntarse a qué especialista acudir. La distinción entre un quiropráctico y un traumatólogo es fundamental, ya que sus enfoques, formación y alcance de práctica son significativamente diferentes.
Un traumatólogo es un médico cirujano. Esto significa que ha completado una formación médica universitaria extensa seguida de una especialización (residencia) en ortopedia y traumatología. Su campo de acción abarca el diagnóstico, tratamiento médico y quirúrgico de lesiones y enfermedades que afectan el sistema musculoesquelético: huesos, músculos, ligamentos, tendones y articulaciones. Tratan desde fracturas, luxaciones, desgarros de ligamentos y tendones, hasta condiciones crónicas como la artritis.

El quiropráctico, por otro lado, es un profesional de la salud que se especializa en la manipulación y el ajuste de la columna vertebral y otras articulaciones. Su formación se centra en la filosofía y técnicas quiroprácticas. Si bien pueden ayudar a aliviar ciertos tipos de dolor musculoesquelético a través de ajustes, su alcance no incluye procedimientos quirúrgicos, prescripción de ciertos medicamentos ni el tratamiento de condiciones médicas complejas como un médico especialista.
La elección entre uno y otro depende en gran medida de la naturaleza del problema. Si tienes una lesión aguda y grave, como una fractura, una luxación evidente, o experimentas síntomas neurológicos como entumecimiento o pérdida de fuerza, la opción más segura y adecuada es consultar a un traumatólogo. Ellos tienen las herramientas diagnósticas (como radiografías y resonancias magnéticas) y el conocimiento médico para evaluar la gravedad de la lesión y determinar el tratamiento más efectivo, que podría incluir cirugía o inmovilización.
Para dolores crónicos o recurrentes, como ciertos tipos de lumbalgia o dolor de cuello sin signos de lesiones graves o compresión nerviosa significativa, la quiropráctica podría ser una opción a considerar para el alivio sintomático, siempre y cuando no existan contraindicaciones. Sin embargo, es importante ser consciente de que la manipulación sin un diagnóstico médico preciso, especialmente en presencia de una lesión no detectada (como una fractura o una hernia de disco grave), podría empeorar la condición.
Característica | Quiropráctica | Traumatología |
---|---|---|
Tipo de Profesional | Profesional de la salud (no médico cirujano) | Médico Cirujano Especialista |
Formación | Enfoque en manipulación y ajustes | Formación médica completa + Especialización quirúrgica |
Alcance del Tratamiento | Principalmente manipulación manual, terapias complementarias | Diagnóstico, tratamiento médico, farmacológico, rehabilitación, cirugía |
Condiciones Comunes Tratadas | Lumbalgia, dolor de cuello, dolor de cabeza (ciertos tipos) | Fracturas, luxaciones, esguinces, desgarros, artritis, hernias discales, escoliosis, lesiones deportivas |
Herramientas Diagnósticas | Examen físico, historial (puede solicitar radiografías) | Examen físico, historial, radiografías, resonancias, TAC, ecografías |
Enfoque Principal | Ajuste y alineación de la columna vertebral | Tratamiento integral del sistema musculoesquelético (huesos, articulaciones, músculos, tendones, ligamentos) |
Preguntas Frecuentes (FAQs)
¿Es doloroso el ajuste quiropráctico?
Generalmente, el ajuste en sí no es doloroso, aunque puedes sentir presión o una sensación de movimiento. Es común escuchar un chasquido. Algunas personas experimentan molestias leves o dolor muscular después de la sesión, similar al de un ejercicio intenso, que suele ser temporal.
¿Cuántas sesiones de quiropráctica necesito?
El número de sesiones varía mucho dependiendo de la condición a tratar, su gravedad, cuánto tiempo la has tenido y cómo responde tu cuerpo al tratamiento. Para problemas agudos, podrían ser pocas sesiones, mientras que para condiciones crónicas podría requerir un tratamiento más prolongado o de mantenimiento. Tu quiropráctico debería discutir un plan de tratamiento contigo.
¿Puede la quiropráctica curar una hernia de disco?
La quiropráctica puede ayudar a aliviar el dolor asociado con una hernia de disco en algunos casos, mejorando la movilidad de las articulaciones cercanas y reduciendo la presión sobre los nervios. Sin embargo, no "cura" la hernia de disco en el sentido de reparar el tejido dañado. Además, como se mencionó, la manipulación puede ser riesgosa en ciertos tipos o severidades de hernias discales y debe evaluarse cuidadosamente.
¿Cuándo debo ver a un traumatólogo en lugar de un quiropráctico?
Debes ver a un traumatólogo si sospechas una fractura o luxación, si tienes dolor intenso después de un accidente o caída, si experimentas entumecimiento, hormigueo o debilidad en las extremidades, si tienes antecedentes de cáncer que podría haberse extendido a los huesos, o si tienes osteoporosis severa. Un traumatólogo es el especialista adecuado para diagnosticar y tratar lesiones musculoesqueléticas complejas o que requieren intervención médica o quirúrgica.
¿La quiropráctica es adecuada para todos?
No, la quiropráctica no es adecuada para todas las personas ni para todas las condiciones. Existen contraindicaciones importantes como osteoporosis grave, ciertos problemas circulatorios (riesgo de accidente cerebrovascular), cáncer de columna, o síntomas neurológicos progresivos. Siempre es importante obtener un diagnóstico adecuado antes de iniciar cualquier tratamiento.
Conclusión
La quiropráctica puede ser una herramienta efectiva para el alivio del dolor musculoesquelético, particularmente la lumbalgia, y potencialmente el dolor de cabeza y cuello, en personas sin contraindicaciones. Ofrece un enfoque manual y no invasivo que muchas personas encuentran beneficioso.
Sin embargo, es fundamental reconocer sus limitaciones y los riesgos asociados, especialmente en comparación con la medicina ortopédica. Para lesiones graves, fracturas, condiciones médicas complejas o síntomas neurológicos, la evaluación y el tratamiento por parte de un traumatólogo, un médico especialista con formación quirúrgica, es indispensable y la opción más segura.
La decisión de buscar atención quiropráctica debe tomarse considerando un diagnóstico preciso y las características individuales de cada caso, siempre priorizando la seguridad y consultando a profesionales de la salud calificados.
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