¿Qué es la técnica de la tortuga y cómo aplicarla?

La Técnica de la Tortuga: Calma en Niños

24/01/2022

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En el mundo de la educación emocional infantil, encontrar herramientas sencillas pero poderosas es fundamental. Una de estas técnicas, ampliamente reconocida por su eficacia, es la llamada Técnica de la Tortuga. Esta estrategia, diseñada para ayudar a los niños a manejar sus emociones negativas como el enfado, la irritación o la preocupación, utiliza una analogía simple y cercana a su realidad: la capacidad de una tortuga para retirarse a la seguridad de su caparazón cuando se siente amenazada.

¿Qué es la técnica de la tortuga y cómo aplicarla?
Esto, consiste en adoptar una postura cerrando los ojos, pegando los brazos al cuerpo, bajando la cabeza introduciéndola entre los hombros y replegándose encogiendo las piernas como una tortuga en su caparazón.

La Técnica de la Tortuga no es meramente un juego, sino un programa estructurado que guía a los niños a través de un proceso de introspección y regulación emocional. Se basa en la idea de que, al igual que la tortuga, los niños pueden aprender a 'meterse dentro de sí mismos' figuradamente, para encontrar un espacio de calma antes de reaccionar impulsivamente ante situaciones de tensión o emociones desbordantes. Esta técnica se imparte a través de una serie de lecciones y prácticas, con el objetivo final de que los niños interioricen la habilidad y puedan aplicarla de forma espontánea en su vida diaria.

¿De que hablaremos?

¿En Qué Consiste la Técnica de la Tortuga?

El núcleo de la técnica reside en enseñar a los niños una respuesta alternativa a la agresión o la huida cuando se enfrentan a sentimientos difíciles o situaciones conflictivas. En lugar de reaccionar de inmediato con un comportamiento disruptivo, se les enseña a adoptar una postura física que simula la acción de una tortuga metiéndose en su caparazón. Esta postura implica cruzar los brazos sobre el pecho o junto al cuerpo, bajar la cabeza y cerrar los ojos. Esta simple acción física tiene un doble propósito: por un lado, hace que sea físicamente difícil o imposible agredir a alguien (ya que las manos no están libres); por otro lado, inicia un proceso interno de calma y reflexión.

Más allá de la postura física, la técnica enseña un proceso mental de cuatro pasos que los niños deben seguir mientras están en su 'caparazón imaginario':

  1. Pararse: Detener cualquier acción o reacción impulsiva. Es el primer freno ante el impulso de atacar o huir.
  2. Tomar conciencia de los propios sentimientos y emociones: Identificar qué emoción están sintiendo en ese momento (enfado, miedo, frustración, etc.). Reconocer la emoción es el primer paso para poder gestionarla.
  3. Pensar: Una vez identificada la emoción y la situación, el niño piensa en posibles soluciones o formas de manejar la situación de manera constructiva. Se fomenta el pensamiento alternativo.
  4. Reconocer lo que está pasando: Entender la situación que desencadenó la emoción y evaluar las opciones pensadas.

Estos pasos guían al niño desde la reacción automática hacia una respuesta más consciente y controlada. Es un proceso que requiere práctica y repetición, pero que sienta las bases para un desarrollo emocional saludable.

Implementación y Enseñanza de la Técnica

La enseñanza de la Técnica de la Tortuga no ocurre de la noche a la mañana. Se estructura a lo largo de varias lecciones, cada una diseñada para construir sobre la anterior y reforzar los conceptos clave. El proceso de enseñanza generalmente incluye:

  • Explicar la historia de la tortuga: Se utiliza un cuento o una narrativa simple para introducir la analogía de la tortuga que se esconde en su caparazón cuando se siente amenazada.
  • Prácticas en grupo de la historia de la tortuga: Los niños practican la postura física y los pasos en un entorno seguro y de apoyo, a menudo guiados por el profesor.
  • Uso apropiado de la técnica de la tortuga: Se discuten y ejemplifican situaciones en las que es útil aplicar la técnica.
  • Uso inapropiado de la técnica de la tortuga: Se aclara cuándo la técnica no es necesaria o apropiada, evitando que se use para evadir responsabilidades o situaciones que sí requieren acción.
  • Revisión general de la técnica de la tortuga: Se repasan todos los conceptos y pasos para asegurar la comprensión y retención.

Durante este proceso, se induce a los alumnos a imaginar que ellos mismos son tortugas. Cuando experimentan emociones negativas como estar enfadados, irritados, malhumorados, trastornados o preocupados, se les recuerda la opción de 'meterse dentro de su caparazón' imaginario. Al adoptar la postura física (brazos cruzados, cabeza abajo, ojos cerrados) y combinarla con la respiración profunda y la relajación muscular, aprenden a afrontar la tensión emocional de una manera activa pero no reactiva. La analogía es poderosa porque resuena con la experiencia instintiva de la tortuga de buscar refugio.

El Papel del Refuerzo Positivo y el Apoyo

Un componente crucial para el éxito de la Técnica de la Tortuga es el uso sistemático del refuerzo positivo. Cuando un niño aplica la técnica de manera correcta, especialmente en una situación que podría haber llevado a un comportamiento disruptivo, el profesor interviene con elogios y recompensas. Estos refuerzos pueden ser tangibles, como sellos con la imagen de una tortuga, cromos u otros pequeños incentivos, o verbales, a través de expresiones claras y específicas que señalen exactamente qué comportamiento fue el apropiado. Por ejemplo, un profesor podría decir: "¡Excelente! Hiciste la tortuga justo cuando te sentiste enfadado. Eso demuestra que estás aprendiendo a controlarte".

Este refuerzo positivo ayuda al niño a asociar la aplicación de la técnica con una consecuencia agradable, aumentando la probabilidad de que la repita en el futuro. Además, el refuerzo no se limita a las lecciones específicas de educación emocional; se integra a lo largo del día en diversas áreas académicas, recordando a los niños y reforzando su uso en situaciones cotidianas.

El profesorado juega un rol activo recordando a los alumnos la técnica en momentos potenciales de conflicto o tensión, como cuando se anticipan peleas, lloros o arrebatos. A veces, la sugerencia puede ser general para la clase, o específica para un niño o grupo que parezca a punto de perder el control. Iniciativas como respirar profundamente junto al niño o guiarlo verbalmente a través de los pasos son comunes.

Además del refuerzo por parte del adulto, la técnica fomenta el apoyo de los compañeros. Se anima a los niños a reconocer y elogiar a sus compañeros cuando hacen la tortuga en un momento apropiado. Este apoyo entre pares también es reforzado por el profesor, creando un ambiente de clase donde la regulación emocional es valorada y celebrada colectivamente. Este sistema de apoyo mutuo no solo refuerza el comportamiento del niño que utiliza la técnica, sino que también consolida la comprensión y la práctica en los niños que brindan el apoyo.

Interiorización y Autocontrol Verbal

El objetivo último de la Técnica de la Tortuga es que los niños la interioricen, de modo que la aplicación de la habilidad de regulación emocional se vuelva automática y espontánea en el momento adecuado. Esto implica el desarrollo de lo que se conoce como autocontrol verbal.

Inicialmente, el niño puede necesitar la guía externa del profesor o compañeros. Con la práctica y el refuerzo, aprende a guiarse a sí mismo. La postura física de la tortuga y los pasos mentales se convierten en un diálogo interno, una forma de hablar consigo mismo para calmarse, identificar la emoción, pensar en alternativas y tomar una decisión consciente en lugar de reaccionar impulsivamente. Este lenguaje interno actúa como un sustituto del exabrupto emocional o la agresión física. Aprender a calmarse a través de este diálogo interno es un prerrequisito fundamental para el desarrollo de un comportamiento responsable y una moralidad sólida. Sin la capacidad de autorregularse cuando están alterados, el desarrollo emocional de los niños puede verse seriamente obstaculizado.

A medida que los niños dominan la habilidad y pueden regular sus emociones sin depender de la postura física de la tortuga, continúan recibiendo refuerzo. Este reconocimiento continuo, incluso por la aplicación interna de la habilidad, ayuda a consolidar el aprendizaje a largo plazo. La técnica, aplicada de esta manera consistente y reforzada, ha demostrado ser una estrategia altamente eficaz para prevenir comportamientos disruptivos en el entorno escolar.

Preguntas Frecuentes sobre la Técnica de la Tortuga

¿A qué edad se recomienda aplicar la Técnica de la Tortuga?
La técnica está diseñada principalmente para niños en edad preescolar y primeros años de primaria, cuando están desarrollando activamente sus habilidades de regulación emocional y autocontrol.
¿Por qué se utiliza la analogía de la tortuga?
La tortuga es un animal con el que los niños están familiarizados, y su capacidad para retirarse a su caparazón bajo amenaza es una metáfora muy clara y visualmente comprensible para la acción de buscar refugio y calma interna ante una emoción difícil.
¿Es solo para niños que muestran agresividad?
No, aunque es muy efectiva para manejar la ira y la agresión, la técnica es útil para cualquier emoción negativa intensa que pueda llevar a un comportamiento descontrolado, como la frustración, la ansiedad, la tristeza o la irritación.
¿Qué deben hacer los profesores para implementarla correctamente?
Los profesores deben enseñar explícitamente la técnica, guiar las prácticas, recordar a los niños su uso en momentos clave, y aplicar refuerzo positivo consistente y específico cuando los niños la utilizan de forma apropiada.
¿Cuánto tiempo tarda en ser efectiva?
La efectividad varía según el niño y la consistencia de la enseñanza y el refuerzo. Requiere práctica regular a lo largo de varias semanas o meses para que los niños la interioricen y la apliquen de forma espontánea.
¿Pueden los padres usar esta técnica en casa?
Sí, aunque el texto se centra en el entorno escolar, los principios de la técnica (detenerse, identificar la emoción, pensar, actuar con calma) y la analogía de la tortuga pueden adaptarse y ser muy útiles para los padres que desean enseñar a sus hijos a manejar sus emociones en casa.

Conclusión

En resumen, la Técnica de la Tortuga es una herramienta valiosa y probada en el campo de la educación emocional infantil. Al proporcionar a los niños una estrategia concreta para detenerse, reflexionar y calmarse ante emociones difíciles, les ayuda a desarrollar habilidades cruciales de autocontrol y regulación emocional. A través de la analogía del caparazón, los pasos estructurados, la práctica guiada y un sólido sistema de refuerzo positivo y apoyo, los niños aprenden a gestionar sus impulsos y a responder a los desafíos de una manera más consciente y responsable. Implementada de forma consistente, esta técnica no solo previene comportamientos disruptivos, sino que sienta las bases para un desarrollo emocional saludable y una mayor competencia social a lo largo de la vida.

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