11/02/2023
La siringomielia es una enfermedad poco frecuente que se caracteriza por la formación de una o más cavidades o quistes llenos de líquido dentro de la médula espinal. Estas cavidades, conocidas como siringes o fístulas, pueden expandirse con el tiempo, ejerciendo presión y dañando gravemente el tejido nervioso. Esta presión y daño consecuente pueden interrumpir la transmisión de señales nerviosas, dando lugar a una variedad de síntomas debilitantes que afectan la calidad de vida del paciente.

Aunque la siringomielia es una condición rara, con una prevalencia estimada de alrededor de 8 casos por cada 100.000 personas, es fundamental comprender sus implicaciones debido al impacto potencial en el sistema nervioso central. La evolución de la enfermedad suele ser lenta, y los síntomas característicos a menudo aparecen entre los 25 y los 40 años de edad.
¿Qué es Exactamente una Siringe?
Una siringe es esencialmente un saco o cavidad quística que se forma dentro del parénquima de la médula espinal. Estas cavidades están llenas de líquido cefalorraquídeo (LCR), también conocido como líquido cerebroespinal o liquor. El LCR es un fluido incoloro que normalmente rodea el sistema nervioso central (SNC), proporcionando protección mecánica, soporte nutricional y regulación de la presión intracraneal.
El LCR se produce principalmente en los plexos coroideos dentro de los ventrículos cerebrales y circula a través del espacio subaracnoideo, que es el área entre dos de las membranas protectoras que recubren el cerebro y la médula espinal, la piamadre (la más interna) y la aracnoides (la capa intermedia). La capa más externa es la duramadre. Se cree que una alteración en el flujo normal de este líquido puede contribuir a la formación y expansión de las siringes.
Causas Detrás de la Formación de Siringes
La siringomielia puede tener diversas causas, y en muchos casos, está asociada a otras condiciones médicas preexistentes. Entender la causa subyacente es crucial para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Malformación de Chiari
La causa más común de siringomielia, especialmente en su forma congénita, es la malformación de Chiari tipo I. Esta es una malformación congénita del cerebelo (la parte del cerebro encargada de la coordinación y el equilibrio) que se caracteriza por un desplazamiento hacia abajo de la porción basal del cerebelo, herniándose a través del foramen magnum (el agujero en la base del cráneo) hacia el canal espinal. Este descenso del tejido cerebeloso puede obstruir el flujo normal del líquido cefalorraquídeo en el área de la unión craneocervical, lo que se postula como un factor clave en la formación de siringes.
La malformación de Chiari tipo I suele manifestarse con síntomas entre los 25 y 40 años. Existe también la malformación de Chiari tipo II, que es más grave, aparece en la infancia y a menudo se asocia con la espina bífida (una malformación de la columna vertebral) e hidrocefalia.
Otras Causas Adquiridas
Además de la malformación de Chiari, la siringomielia puede ser adquirida como resultado de otros eventos o condiciones:
- Traumatismos en la columna vertebral: Lesiones medulares pueden desencadenar la formación de siringes meses o incluso años después del evento inicial.
- Meningitis: La inflamación de las meninges puede afectar la circulación del LCR.
- Hemorragias: Sangrados dentro del canal vertebral pueden crear obstrucciones.
- Tumores: Masas dentro o cerca de la médula espinal pueden comprimirla y alterar el flujo de LCR.
- Aracnoiditis: Inflamación de la membrana aracnoides, que puede causar adherencias y bloquear el espacio subaracnoideo.
- Otras malformaciones congénitas: Anormalidades en la columna vertebral o la médula espinal presentes desde el nacimiento.
Cuando la causa no puede ser identificada, la condición se denomina siringomielia idiopática.
Síntomas y Complicaciones de la Siringomielia
Los síntomas de la siringomielia varían dependiendo del tamaño y la localización de la siringe dentro de la médula espinal. Inicialmente, los síntomas pueden ser leves o incluso pasar desapercibidos, pero tienden a empeorar a medida que la cavidad se expande y daña más tejido nervioso. Los signos y síntomas clásicos incluyen:
- Dolor en el cuello, brazos, manos y espalda.
- Pérdida de la sensibilidad al dolor y a la temperatura, a menudo en forma de capa o capa y guante, lo que significa que el paciente puede no sentir temperaturas extremas (frío o calor) o dolor en ciertas áreas.
- Debilidad y atrofia muscular, particularmente en los brazos y las manos.
- Rigidez en la espalda, hombros, brazos y piernas.
- Pérdida de los reflejos.
- Espasmos musculares, especialmente en las piernas.
- Problemas de control intestinal y vesical debido a la afectación de los esfínteres.
- Dolor y entumecimiento en la cara (si la siringe se extiende al tronco encefálico, una condición llamada siringobulbia).
Estos síntomas son una manifestación directa del daño que las siringes causan a las vías nerviosas que controlan la sensibilidad, el movimiento y las funciones autónomas.
La siringomielia es una enfermedad potencialmente degenerativa. Si las siringes continúan expandiéndose sin tratamiento, el daño a la médula espinal puede volverse más extenso y las funciones nerviosas pueden deteriorarse significativamente. Las complicaciones pueden incluir discapacidad neurológica progresiva, dolor crónico severo y pérdida permanente de funciones.
Diagnóstico de la Siringomielia
El diagnóstico de la siringomielia generalmente comienza con un examen físico detallado y una revisión exhaustiva de la historia clínica del paciente. Dada la variedad y la naturaleza a veces inespecífica de los síntomas iniciales, puede requerir un alto índice de sospecha.
Las herramientas de diagnóstico por imagen son fundamentales para confirmar la presencia de siringes. La resonancia magnética (RM) es la técnica de elección, ya que permite visualizar la médula espinal y el tronco encefálico con gran detalle, identificando la presencia, tamaño y extensión de las cavidades, así como posibles causas subyacentes como la malformación de Chiari.
Opciones de Tratamiento: Abordando la Siringomielia
El objetivo principal del tratamiento de la siringomielia es detener la progresión de los síntomas y limitar el daño a la médula espinal. La estrategia de tratamiento depende de la causa subyacente, el tamaño y la ubicación de la siringe, y la severidad de los síntomas.
Tratamiento Quirúrgico: La Principal Intervención
Según la información proporcionada, la cirugía es el único método conocido para intentar reducir el tamaño de las siringes (vacuarlas) y, al menos en parte, aliviar la sintomatología. La cirugía busca abordar la causa subyacente de la siringe o drenarla directamente.
En casos asociados con la malformación de Chiari, la cirugía de descompresión de la fosa posterior es común. Este procedimiento implica la remoción de una pequeña porción del hueso en la parte posterior del cráneo y, a veces, parte de la primera vértebra cervical, para crear más espacio para el cerebelo y restaurar el flujo normal de LCR. Esto puede, en muchos casos, llevar a una reducción en el tamaño de la siringe o a detener su crecimiento.
En otros casos, cuando la siringe es causada por tumores, adherencias (aracnoiditis) u otras obstrucciones, la cirugía puede dirigirse a remover la obstrucción o a drenar la siringe directamente mediante la inserción de un shunt (un tubo delgado) para desviar el líquido a otra parte del cuerpo, como el abdomen.
Es importante entender que la cirugía no siempre elimina por completo la siringe ni revierte todo el daño neurológico preexistente, pero a menudo es eficaz para detener la progresión de la enfermedad y mejorar los síntomas.
Tratamiento Sintomático: Manejo del Dolor y Otros Síntomas
Aunque no existe una cura farmacológica para la siringomielia o la malformación de Chiari, los medicamentos juegan un papel crucial en el manejo de los síntomas, especialmente el dolor y la espasticidad muscular.
El dolor neuropático, que es el dolor causado por daño a los nervios, puede ser particularmente difícil de tratar. Los medicamentos originalmente desarrollados como antiepilépticos, como la Gabapentina (Neurontin), la Pregabalina (Lyrica) y el Topiramato (Topamax), se utilizan a menudo para aliviar este tipo de dolor. Sin embargo, su eficacia varía entre pacientes y pueden tener efectos secundarios. Es fundamental que estos medicamentos sean recetados y supervisados estrictamente por un médico.
Para el dolor severo, un especialista en dolor (algólogo) puede sugerir opciones más avanzadas como infiltraciones con toxina botulínica o la implantación de neuroestimuladores.
Dado que la siringomielia es considerada una enfermedad rara, en algunos sistemas de salud existen centros acreditados para su manejo y planes terapéuticos que pueden incluir la exención del pago de medicamentos específicos.
Rehabilitación y Terapias Físicas
La fisioterapia y la rehabilitación son componentes valiosos del manejo de la siringomielia, tanto para pacientes operados como para aquellos que no requieren cirugía. Estas terapias pueden ayudar a mejorar la fuerza, la flexibilidad, la coordinación y el equilibrio, y a manejar la rigidez y el dolor.
Es crucial que la fisioterapia sea recomendada por un fisiatra o médico rehabilitador con experiencia en condiciones neurológicas y que el fisioterapeuta tenga experiencia en el tratamiento de pacientes neurológicos. Las actividades deben centrarse en el estiramiento suave de los músculos y deben realizarse sin causar dolor significativo. Se deben evitar absolutamente las maniobras violentas, especialmente en el área cervical, debido a la vulnerabilidad de la médula espinal.
La actividad en el agua (hidroterapia) también puede ser beneficiosa, ya que la flotación reduce la carga sobre las articulaciones y permite movimientos más fáciles.
Otras Terapias Complementarias para el Dolor
Además de los enfoques convencionales, existen otras técnicas que pueden ser útiles para el manejo del dolor asociado a la siringomielia. Estas incluyen:
- TENS (Estimulación Nerviosa Eléctrica Transcutánea)
- Gimnasia postural
- Kinesiotaping
- Terapias complementarias como la osteopatía y la acupuntura.
Al igual que con la fisioterapia, es vital buscar profesionales cualificados y registrados (médicos, fisioterapeutas, osteópatas diplomados e inscritos en colegios profesionales) si se consideran estas opciones. Es importante reiterar que las manipulaciones quiroprácticas están absolutamente contraindicadas y prohibidas en pacientes con siringomielia debido al riesgo de dañar aún más la médula espinal.
¿Cuándo Consultar a un Médico?
Ante la aparición de uno o más de los síntomas mencionados anteriormente (dolor, debilidad, entumecimiento, rigidez, etc.), es fundamental buscar atención médica de inmediato. Una evaluación temprana por parte de un especialista (neurólogo o neurocirujano) es esencial para un diagnóstico preciso.
Si has sufrido un trauma significativo en la espalda, incluso si no experimentas síntomas de inmediato, es importante informar a tu médico sobre el evento si posteriormente desarrollas síntomas sospechosos, ya que la siringomielia post-traumática puede manifestarse meses o años después de la lesión inicial.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿La siringomielia tiene cura?
Actualmente, no existe una cura definitiva para la siringomielia que elimine completamente la siringe y revierta todo el daño nervioso. Sin embargo, la cirugía puede reducir el tamaño de la siringe y detener la progresión de la enfermedad, mejorando significativamente los síntomas y la calidad de vida.
¿Hay medicamentos que curen la siringomielia?
No, los medicamentos no curan la siringomielia. Se utilizan para manejar los síntomas asociados, principalmente el dolor neuropático y la espasticidad muscular.
¿Es segura la fisioterapia para pacientes con siringomielia?
Sí, la fisioterapia es segura y beneficiosa, siempre y cuando sea supervisada por profesionales con experiencia en trastornos neurológicos y se eviten las técnicas de manipulación violenta, especialmente en el cuello.
¿Qué tratamientos están contraindicados?
Las manipulaciones y tratamientos quiroprácticos están absolutamente contraindicados y deben evitarse debido al riesgo de exacerbar el daño a la médula espinal.
¿La siringomielia siempre empeora?
La siringomielia es potencialmente degenerativa si no se trata, ya que las siringes pueden expandirse. El tratamiento, especialmente la cirugía, busca detener esta progresión.
Conclusión
La siringomielia es una condición neurológica compleja que requiere un enfoque de tratamiento multidisciplinar. Si bien la cirugía es la principal herramienta para abordar la causa subyacente y reducir la siringe, el manejo sintomático a través de medicación, fisioterapia y otras terapias complementarias es vital para mejorar la calidad de vida del paciente. La detección temprana y la atención por parte de especialistas son clave para optimizar los resultados y minimizar el impacto a largo plazo de esta rara enfermedad en la médula espinal.
Tipo de Tratamiento | Objetivo Principal | Métodos Comunes | Notas Importantes |
---|---|---|---|
Quirúrgico | Reducir el tamaño de la siringe, abordar la causa subyacente (ej. Malformación de Chiari, obstrucción) | Descompresión (Chiari), drenaje de siringe (shunt), remoción de obstrucciones (tumor, adherencias) | Único método para reducir la cavidad. No siempre cura, pero detiene la progresión. |
Farmacológico | Manejo sintomático (dolor, espasticidad) | Analgésicos (especialmente para dolor neuropático como Gabapentina, Pregabalina), relajantes musculares | No cura la siringe. Siempre bajo supervisión médica. |
Rehabilitación y Fisioterapia | Mejorar función física, reducir rigidez, manejar dolor | Estiramientos suaves, ejercicios de fortalecimiento (según tolerancia), hidroterapia, gimnasia postural | Requiere profesionales experimentados en neurología. Evitar manipulaciones violentas (especialmente cervicales) y quiropráctica. |
Terapias Complementarias (para dolor) | Alivio del dolor | TENS, Kinesiotaping, Osteopatía (por profesional cualificado), Acupuntura (por profesional cualificado) | Complementario a otros tratamientos. Siempre consultar a profesionales cualificados. Evitar quiropráctica. |
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