21/10/2025
El dolor de cuello y espalda crónico es una realidad devastadora para muchas personas. Si tú lo experimentas, sabes lo debilitante que puede ser y el deseo profundo de encontrar una solución definitiva. Una de las causas más comunes de este dolor persistente es la protrusión discal, también conocida como disco abultado o herniado en etapas más avanzadas.

Las protrusiones discales son especialmente frecuentes en personas de entre 30 y 50 años, afectando a los hombres con el doble de probabilidad que a las mujeres. Comprender esta condición es el primer paso para manejarla eficazmente.

¿Qué es la Protrusión Discal?
En pocas palabras, una protrusión discal ocurre cuando una estructura fundamental de nuestra columna vertebral, llamada disco intervertebral, sufre un trauma a lo largo del tiempo o de repente debido a una lesión, y se "abulta" o sale de su forma normal. Estos discos actúan como amortiguadores entre las vértebras.
Típicamente, una protrusión discal resulta en un dolor significativo, a menudo intenso y debilitante. Este dolor puede localizarse en el cuello o la espalda o extenderse a otras áreas, ya sea hacia arriba o hacia abajo de la columna, o incluso irradiarse a la cabeza, brazos o piernas. Lo que es peor, las protrusiones discales no se limitan al dolor; cuando los discos intervertebrales se abultan, pueden comprimir o "pinzar" los nervios, lo que puede provocar sensaciones de "hormigueo", entumecimiento e incluso dolor punzante e intenso. Todos estos síntomas pueden ser considerablemente incapacitantes para la mayoría de las personas, impidiéndoles asistir a su rutina de ejercicio habitual o trabajar. En casos extremos, las protrusiones discales pueden llevar a la hospitalización y dejar a las personas con una incapacidad completa para cuidarse a sí mismas.
El Desafío de Manejar la Protrusión Discal
La parte desafiante de las protrusiones discales en comparación con otras causas de dolor de cuello o espalda es que puede ser difícil de manejar. A menudo no desaparece por sí sola sin un reposo prolongado (meses) y a menudo empeorará si continúas con tu rutina habitual. Las opciones de tratamiento varían desde medicamentos y terapias manuales hasta intervenciones quirúrgicas que extirpan parcial o completamente el disco intervertebral o, en casos más extremos, la fusión quirúrgica de múltiples segmentos de la columna vertebral para estabilizar el disco abultado.
La buena noticia es que, si has estado sufriendo dolor de cuello o espalda debido a una protrusión discal, hay mucho que se puede hacer para mejorar tus síntomas no solo a corto plazo, sino también para ayudar a prevenir que tu situación empeore. Esto significa recuperar tu capacidad física y mental completa, como sin duda sueñas.
Cuando se trata de protrusiones discales, muchas personas se preguntan: "¿Puedo curar mi protrusión discal?". La respuesta corta es: Si preguntas si el abultamiento volverá alguna vez a su forma normal, entonces no, esto no es posible. Sin embargo, lo importante es que muchas personas con protrusiones discales (según una resonancia magnética) en realidad no tienen ningún dolor de espalda o cuello. Las protrusiones discales son completamente manejables y, si se abordan de manera efectiva, puedes volver a vivir tu vida como antes, sin cirugía ni medicamentos o tratamientos continuos.
Acupuntura: Un Enfoque Prometedor para el Alivio del Dolor
La acupuntura es un método seguro y probado para el manejo del dolor de cuello y espalda, y se considera altamente fiable en su capacidad para reducir el dolor, incluso en condiciones de dolor crónico. La acupuntura está ganando protagonismo y se está volviendo más común para tratar el dolor y otras complicaciones de salud. Usar la acupuntura para ayudar a manejar el dolor por protrusión discal es una excelente manera de aliviar las complicaciones de espalda que son de naturaleza aguda o crónica.
El objetivo inicial del tratamiento con acupuntura es ayudar a reducir la inflamación y los espasmos musculares para fomentar una mejor calidad de vida y permitir a los pacientes participar en ejercicios de rehabilitación.
La acupuntura ayuda al aumentar el flujo de sangre rica en nutrientes al área afectada, iniciando así el proceso de curación. Además, ayuda al cuerpo a liberar sus propios analgésicos naturales, las endorfinas, que contribuyen a manejar el dolor y reducir la inflamación.
Actualmente, la acupuntura se está convirtiendo en una alternativa popular a la toma de analgésicos, ya que puede proporcionar alivio a largo plazo con efectos secundarios mínimos. Mientras que los medicamentos antiinflamatorios y opioides pueden ayudar a controlar el dolor de espalda en las etapas iniciales, la acupuntura es una excelente manera de resolver el dolor asociado con las protrusiones discales de forma rápida y efectiva, produciendo resultados duraderos.
Estrategias Clave para Manejar la Protrusión Discal
Más allá de tratamientos específicos como la acupuntura, un manejo efectivo de la protrusión discal implica un enfoque integral que abarca varios aspectos de tu vida diaria. Aquí te presentamos otras estrategias fundamentales:
1. Paciencia y Consistencia
Sí, probablemente lo has escuchado antes, pero especialmente cuando se trata de lesiones estructurales del cuello o la espalda como las protrusiones discales, realmente lleva tiempo recuperarse. Algunas personas experimentan alivio rápido del dolor con el tratamiento y cometen el error de regresar a un régimen de ejercicio físico demasiado intenso demasiado pronto, agravando la situación y retrocediendo en su recuperación. Además, agravar la situación puede incluso resultar en la herniación del disco abultado o incluso en el abultamiento de otros discos intervertebrales cercanos, lo que puede complicar significativamente el cuadro.
La buena noticia es que, si se dedica suficiente tiempo al reposo adecuado, los síntomas experimentados con una protrusión discal pueden disiparse por sí solos sin necesidad de tratamiento. En promedio, se necesitan 4 semanas para que una protrusión discal comience a sanar y luego hasta 3 meses de tratamiento (como acupuntura) y ejercicios de fortalecimiento para poder volver a hacer todo lo que podías antes de la lesión.
En las etapas iniciales, es decir, las primeras 24 a 48 horas de un abultamiento discal, suele haber un dolor intenso que puede impedir hacer mucho más que acostarse y quedarse quieto. Probablemente el dolor debilitante también cause fatiga, y es instintivo querer evitar agravar la situación. Comúnmente, las personas aplican compresas frías y/o calientes y toman analgésicos en esta etapa para controlar los síntomas, lo cual generalmente está bien a corto plazo.
Sin embargo, pasado este punto inicial, es imperativo comenzar un plan de tratamiento con un profesional, como un acupuntor, para acelerar la recuperación y evitar complicaciones adicionales que resulten en dolor crónico. El dolor nervioso crónico, un problema separado que puede desarrollarse a partir de dolor de larga duración, como el de un abultamiento discal, comienza a desarrollarse entre los 6 y 12 meses, y es algo que sin duda querrás evitar.
Una vez que comiences el tratamiento, asegúrate de completarlo. No te detengas simplemente porque estás experimentando alivio del dolor. Es importante continuar con el plan de tratamiento para lograr una recuperación completa de la lesión y retomar tu vida sin dolor. Te lo agradecerás a largo plazo.
2. Evitar Actividades que Agravan la Protrusión Discal
Es natural querer volver a tus actividades anteriores lo antes posible cuando lidias con el dolor relacionado con una protrusión discal. Sin embargo, hay ciertas cosas que definitivamente debes evitar. Este es uno de los temas más importantes a considerar para recuperarte lo antes posible.
Se recomienda evitar:
- Posponer la visita a un profesional de la salud o la realización de pruebas de imagen.
- Volver a tu rutina habitual de ejercicio o actividad física intensa de inmediato.
- Estar completamente sedentario todo el tiempo. Ayudará a descansar acostado en los primeros 2 o 3 días, pero después de eso, el ejercicio suave y el movimiento ayudarán significativamente con el dolor.
- Inclinar la columna hacia adelante, ya sea al pasar la aspiradora, agacharse para atarse los zapatos o recoger algo del suelo, o incluso inclinarse hacia adelante mientras trabajas en un ordenador. Todo esto ejerce una presión excesiva sobre la columna y agravará una protrusión discal.
- Movimientos bruscos como saltar en un trampolín, jugar al fútbol, montar en moto o en atracciones de parques de atracciones.
- Usar zapatos de tacón alto, ya que ejerce una presión excesiva sobre la columna.
- Sentarse en sofás bajos o pufs.
- Realizar cualquier tipo de actividad que implique rotación o flexión de la columna, ya sean abdominales (crunches), elevaciones de piernas rectas o kayak.
- ¡Correr! Caminar está bien, pero no correr o trotar, ya que hay mucho más impacto para el cuerpo con las fuerzas involucradas. Tu profesional de la salud podrá aconsejarte cuándo puedes regresar de forma segura a ejercicios como correr.
3. Postura Correcta
La postura correcta es clave. Una persona consciente de su postura se mantendrá de manera que sus articulaciones y huesos estén alineados. Esto disminuye el desgaste de las superficies articulares, permite que los músculos trabajen de manera eficiente y reduce el estrés en los ligamentos y discos intervertebrales que mantienen unidas las vértebras. Una postura correcta ayuda a prevenir la tensión muscular y cualquier trastorno por uso excesivo, y contribuye en gran medida a reducir los síntomas asociados con las protrusiones discales.

Consejos clave para una postura correcta:
- Mantén el centro de tu oreja alineado con tu tobillo al estar de pie y párate directamente sobre las puntas de los pies. Al estar de pie, tus brazos deben estar a los lados.
- Mantén los pies separados al ancho de los hombros.
- No bloquees las articulaciones de las rodillas; mantenlas ligeramente flexionadas.
- Mete y activa el abdomen al sentarte o estar de pie.
- Al trabajar en un ordenador, configura la pantalla a la altura de los ojos y tus brazos deben estar apoyados en el escritorio.
4. Ejercicio Regular y Adecuado
El ejercicio regular de bajo impacto es una de las cosas más importantes que podemos hacer para manejar la inflamación y el dolor asociados con una protrusión discal y para evitar futuras re-agravaciones del problema. Sin embargo, no todos los tipos de ejercicio serán útiles para mejorar las protrusiones discales, por lo que es importante hablar con tu profesional de la salud o con profesionales del ejercicio informados para elaborar un programa de ejercicio efectivo.
¡Ejercicios como caminar y nadar son geniales! Incluso simplemente caminar en el agua a la altura del pecho ayudará a activar los músculos centrales necesarios para fortalecer y estabilizar la columna, quitando presión excesiva de los discos intervertebrales abultados. Es un excelente entrenamiento de bajo impacto que puede producir grandes resultados.
De nuevo, enfatizaré que no debes hacer cualquier tipo de ejercicio. Incluso ejercicios de bajo impacto como abdominales o crunches pueden parecer seguros, pero en realidad, son uno de los peores tipos de ejercicios para las protrusiones discales y retrasarán significativamente tu tiempo de recuperación si los inicias demasiado pronto. Si no estás seguro, asegúrate de hablar con tu profesional para que te aconseje lo que es adecuado para ti según tu situación individual.
5. Posición al Dormir
Dormir bien es esencial para mejorar la mayoría de los aspectos de nuestra vida y, por lo tanto, la postura al dormir es increíblemente importante para la salud de la columna. Dormir bien puede ser determinante para tu recuperación de las protrusiones discales y prevenir recaídas. Dormir en una posición adecuada permite que el cuerpo tenga tiempo para sanar y recuperarse en reposo, que es exactamente lo que tu cuerpo necesita cuando tienes una protrusión discal.
Algunas cosas a tener en cuenta al pensar en tu postura al dormir son:
- Debe haber una curva en "S" en tu columna, al igual que cuando estás sentado o de pie.
- Siempre que sea posible, duerme de lado o boca arriba.
- Al dormir de lado, coloca una almohada entre las rodillas para ayudar a estabilizar las caderas y la columna mientras duermes.
- Al dormir boca arriba, asegúrate de colocar una almohada debajo de la base de la cabeza y también una almohada debajo de las rodillas. Esto disminuye la cantidad de presión sobre la columna.
- ¡Dormir boca abajo es absolutamente la peor posición si has estado sufriendo una protrusión discal! La razón es que ejerce una presión excesiva sobre la columna y un disco abultado ya inflamado.
- Si absolutamente debes dormir boca abajo, coloca una almohada debajo del abdomen y los tobillos para disminuir la cantidad de presión sobre la columna.
6. Fortalecer el Core
Cuando los músculos de la parte superior de los muslos, el abdomen, la espalda y los glúteos comienzan a debilitarse, la columna vertebral asume fuerzas adicionales y "soporta" el peso para mantener una postura erguida. Esto crea inestabilidad en la columna y puede desempeñar un papel inmenso en por qué las personas tienen problemas continuos con protrusiones discales que no mejoran.
Fortalecer y estabilizar nuestros músculos del core (núcleo) ayudará a mejorar la postura general, aliviando al mismo tiempo la presión sobre los nervios que comúnmente se ven afectados por un disco herniado/abultado, lo que conduce a un alivio significativo del dolor.
7. Buscar Atención Profesional Experimentada
¿Quieres aprender cómo resolver naturalmente una protrusión discal? La mejor manera es, por supuesto, contactar a un profesional de la salud, como un acupuntor con experiencia en el manejo de protrusiones discales.
Un acupuntor no solo podrá diagnosticar la causa de tu dolor (a veces pueden ser múltiples discos, o puede que el dolor no sea causado por una protrusión discal en absoluto), sino que también podrá establecer un plan de tratamiento personalizado y único para tu caso.
Después de evaluar tu situación y determinar la gravedad de la lesión, tu profesional podrá establecer un curso de tratamiento apropiado que te ayudará a recuperarte lo antes posible.
Los planes de tratamiento pueden consistir en terapias como:
- Acupuntura
- Electroacupuntura
- Técnicas de terapia manual como masaje terapéutico, terapia de puntos gatillo o ventosas (cupping).
- Terapia de Estimulación Nerviosa Eléctrica Transcutánea (TENS).
- Auriculoterapia.
- Terapia de manipulación postural.
- Prescripción de ejercicio.
- Prescripción de suplementos herbales o minerales.
- Consejos de estilo de vida.
Estas son solo algunas de las cosas que un profesional puede ofrecer. Comenzar un plan de tratamiento con un experto es definitivamente una forma de lograr un alivio del dolor más rápido y resultados más duraderos.
Preguntas Frecuentes
¿Es buena la acupuntura para la protrusión discal?
Sí, según la información proporcionada, la acupuntura es considerada un método seguro y fiable para el manejo del dolor asociado a la protrusión discal. Ayuda a reducir la inflamación, los espasmos musculares, mejora el flujo sanguíneo para la curación y estimula la liberación de analgésicos naturales del cuerpo. Se presenta como una alternativa eficaz a los medicamentos para el alivio del dolor a largo plazo.
¿Qué ejercicios no debo hacer si tengo protrusión discal?
Debes evitar actividades que ejerzan presión excesiva, movimientos bruscos o que impliquen flexión o rotación significativa de la columna. Específicamente, se mencionan como perjudiciales: inclinarse hacia adelante repetidamente (como al aspirar o recoger objetos), movimientos bruscos (saltar, deportes de contacto), usar tacones altos, sentarse en sofás muy bajos, hacer abdominales (crunches), elevaciones de piernas rectas, kayak y correr o trotar. Es fundamental consultar con un profesional para saber qué ejercicios son seguros para tu caso.
Conclusión
¿Has tenido suficiente del dolor causado por tu protrusión discal?
Las protrusiones discales son extremadamente comunes y debilitantes. Hay mucho que se puede hacer, y esperamos que si has estado lidiando con una protrusión discal, apliques lo que hemos compartido aquí. Puede marcar una diferencia ENORME en cómo manejas o evitas futuras agravaciones y empeoramiento de tu condición.
Como siempre, recomendamos hablar con un profesional de la salud sobre tu situación. Hay muchos "tipos" diferentes de protrusiones discales y también diferentes factores causantes. Tu profesional de la salud es la persona más indicada para evaluar eficazmente y aconsejar el curso de acción más apropiado para tu situación.
Esperamos que esto ayude a arrojar algo de luz sobre lo que puedes hacer para ayudar a manejar tu protrusión discal.
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