17/07/2022
La demencia, y en particular la enfermedad de Alzheimer, es un desafío significativo tanto para la persona que la padece como para sus familiares y cuidadores. Es una condición neurodegenerativa progresiva que afecta la memoria, el pensamiento, el juicio y la capacidad para realizar actividades diarias. Uno de los síntomas más difíciles de manejar son los episodios de agitación, confusión o agresividad, a menudo denominados crisis. Estos momentos pueden ser angustiantes para todos los involucrados, pero entender sus causas y saber cómo responder puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida y el bienestar. Este artículo explora estrategias prácticas y compasivas para afrontar y calmar estas crisis.

Entender qué es la demencia es el primer paso crucial. No es una parte normal del envejecimiento, sino una enfermedad que causa un deterioro gradual y continuo de las funciones mentales. Afecta la capacidad de la persona para comprender el mundo que la rodea, comunicarse y recordar, lo que a menudo lleva a confusión, frustración y miedo. La agitación es una manifestación común de esta confusión interna, y es vital recordar que no es un comportamiento intencional o manipulador.
- Entendiendo la Demencia y sus Síntomas
- Las Etapas de la Demencia y sus Desafíos
- Identificando los Desencadenantes de la Agitación
- Estrategias Efectivas para Calmar una Crisis
- Creando un Entorno de Apoyo y Estimulación
- Manejo Médico y Terapéutico
- El Impacto en los Cuidadores y la Importancia del Apoyo
- Preguntas Frecuentes sobre la Demencia y la Agitación
- ¿Qué es exactamente la demencia?
- ¿Es la agitación un síntoma inevitable de la demencia?
- ¿Cómo puedo prevenir las crisis de agitación?
- ¿Cuándo debo buscar ayuda profesional por la agitación?
- ¿Pueden los medicamentos ayudar a calmar la agitación?
- ¿Cómo puedo comunicarme mejor con alguien que está agitado debido a la demencia?
- Conclusión
Entendiendo la Demencia y sus Síntomas
La demencia se manifiesta de diversas formas y puede ser causada por diferentes condiciones, siendo la enfermedad de Alzheimer la más frecuente. Los síntomas iniciales suelen ser sutiles, como fallos de memoria a corto plazo, dificultad para encontrar palabras o problemas de orientación en lugares conocidos. Conforme la enfermedad avanza, estos síntomas se vuelven más pronunciados y afectan la capacidad de la persona para llevar a cabo tareas cotidianas.
Es importante diferenciar la demencia de otras condiciones que pueden afectar la función mental. El delirium, por ejemplo, se caracteriza por un inicio repentino, incapacidad para prestar atención y fluctuaciones en el nivel de alerta. La pérdida de memoria asociada a la edad es leve y no interfiere significativamente con las actividades diarias. A continuación, se presenta una tabla comparativa simple:
Característica | Demencia | Delirium | Pérdida de Memoria por Edad |
---|---|---|---|
Inicio | Gradual | Súbito | Gradual (leve) |
Atención | Afectada (en etapas avanzadas) | Gravemente afectada | Generalmente intacta |
Memoria | Progresiva y significativa | Fluctuante | Leve, a corto plazo |
Conciencia | Generalmente clara | Fluctuante | Clara |
Reversibilidad | Generalmente irreversible | A menudo reversible | No aplica (normal) |
Las crisis de agitación pueden surgir en cualquier etapa, pero son más comunes y desafiantes en las etapas intermedias y avanzadas, cuando la confusión y la dificultad para comunicarse son mayores. La agitación puede manifestarse como inquietud, nerviosismo, gritos, deambulación sin propósito, o incluso agresividad verbal o física.
Las Etapas de la Demencia y sus Desafíos
Aunque la progresión varía, generalmente se describen tres etapas principales:
Etapa Inicial
Los síntomas son leves. La persona puede tener problemas para recordar eventos recientes, encontrar palabras o manejar dinero. La confusión puede empezar a manifestarse, pero a menudo se disimula bien. La agitación en esta etapa puede ser sutil, quizás más como frustración o ansiedad ante las dificultades.
Etapa Intermedia
Los síntomas son más evidentes y afectan significativamente la vida diaria. La persona puede olvidar eventos recientes, tener problemas para reconocer familiares o amigos cercanos y desorientarse en tiempo y espacio. Los cambios de personalidad son comunes, y la agitación puede ser más frecuente e intensa, a menudo desencadenada por la confusión, el miedo o la incapacidad de expresar necesidades.
Etapa Avanzada
La persona pierde gran parte de su autonomía. Hay una incapacidad significativa para comunicarse, recordar y realizar tareas básicas como comer o vestirse. La dependencia es total. La agitación puede persistir, a menudo relacionada con el malestar físico, la confusión extrema o la incapacidad de entender el entorno. Problemas como la dificultad para tragar o la inmovilidad aumentan el riesgo de complicaciones como neumonía o úlceras por presión.
Identificando los Desencadenantes de la Agitación
Para manejar las crisis, es fundamental intentar identificar qué las provoca. A menudo hay un gatillo o desencadenante que precipita la agitación. Estos pueden ser variados y a veces sutiles:
- Dolor o malestar físico (hambre, sed, necesidad de ir al baño, ropa incómoda).
- Cansancio o falta de sueño.
- Cambios en el entorno o la rutina.
- Demasiada estimulación (ruido, muchas personas, televisión alta).
- Poca estimulación o aburrimiento.
- Dificultad para entender lo que está pasando o lo que se espera de ellos.
- Sentimientos de miedo, soledad o inseguridad.
- Efectos secundarios de medicamentos.
- Infecciones (como infecciones del tracto urinario), que pueden causar delirium y empeorar la confusión.
Observar cuándo y dónde ocurren los episodios de agitación puede ayudar a los cuidadores a identificar estos patrones y, si es posible, eliminar o modificar el gatillo.
Estrategias Efectivas para Calmar una Crisis
Una vez que se presenta una crisis de agitación, la forma en que los cuidadores responden es crucial. Aquí hay estrategias basadas en la comprensión y la paciencia:
Mantener la Calma y Transmitir Seguridad
La reacción inicial del cuidador es vital. Si usted se agita o se frustra, es probable que la persona con demencia también se agite más. Respire hondo, mantenga un tono de voz suave y calmado, y hable despacio. Su lenguaje corporal debe ser relajado y no amenazante. Acérquese a la persona lentamente, desde el frente, para no asustarla.
Entender que No es Personal
El comportamiento agitado o agresivo es un síntoma de la enfermedad, no una elección personal ni un ataque dirigido hacia usted. Reconocer esto ayuda al cuidador a no tomarlo como algo personal, lo que facilita mantener la calma y responder de manera compasiva. No intente razonar ni discutir; esto a menudo aumenta la confusión y la agitación.

Evitar Cambios Repentinos en la Rutina
Las personas con demencia se benefician enormemente de la estructura y la previsibilidad. Los cambios inesperados pueden ser muy desconcertantes y provocar agitación. Mantenga una rutina diaria consistente para las comidas, el baño, las actividades y la hora de dormir. Si es necesario hacer un cambio, prepárelo con antelación si es posible y explíquelo de forma sencilla y repetida. El uso de calendarios grandes, relojes o notas visuales puede ayudar a mantener la orientación.
Limitar la Estimulación Excesiva
Demasiadas personas, ruido o actividad pueden abrumar a una persona con demencia. Durante una crisis, o para prevenirlas, intente reducir el nivel de estimulación en el entorno. Apague la televisión o la radio si no son necesarios, y busque un lugar tranquilo. Limite el número de visitantes a la vez, especialmente si la persona tiene dificultad para reconocerlos. Las caras desconocidas pueden generar miedo o confusión. Si hay visitas, preséntelas de forma sencilla y mantenga la interacción breve y calmada.
Ofrecer Afecto y Reaseguro
A veces, una persona agitada solo necesita sentirse segura y amada. Un abrazo suave (si lo acepta), tomarle de la mano, o simplemente sentarse cerca y hablarle con voz tranquilizadora puede ser muy efectivo. Las distracciones simples, como escuchar música suave, mirar un álbum de fotos, o acariciar una mascota, pueden desviar la atención de la causa de la agitación y traer calma. Pequeños gestos de cariño reafirman su valor y reducen el miedo.
Buscar el Gatillo y Abordarlo
Una vez que la persona esté un poco más calmada, o si puede identificar el gatillo durante la crisis, intente abordarlo. ¿Tiene hambre o sed? ¿Necesita ir al baño? ¿Tiene frío o calor? ¿Hay ruido que lo molesta? ¿Está confundido acerca de algo? Abordar la necesidad subyacente es la forma más directa de resolver la agitación. Si el gatillo es algo que no se puede eliminar (como el ruido de la calle), intente mover a la persona a un lugar más tranquilo o usar estrategias de distracción.
Creando un Entorno de Apoyo y Estimulación
Un entorno bien adaptado puede reducir la frecuencia e intensidad de la agitación. Asegúrese de que el hogar sea seguro, bien iluminado (especialmente de noche para evitar sombras confusas) y libre de obstáculos. Mantener objetos familiares a la vista puede proporcionar una sensación de seguridad.
La estimulación adecuada, pero no excesiva, es importante. Las actividades significativas pueden reducir el aburrimiento y la frustración. Estas actividades deben adaptarse a las capacidades actuales de la persona e idealmente estar relacionadas con sus intereses pasados. Leer en voz alta, escuchar música, hacer manualidades sencillas, participar en tareas domésticas ligeras o dar paseos cortos pueden ser beneficiosos.
Algunas terapias complementarias han mostrado ser útiles para mejorar el bienestar y la función cognitiva en personas con demencia, lo que indirectamente puede reducir la agitación:
- Musicoterapia: Escuchar o participar en la creación de música puede mejorar el estado de ánimo, la función cognitiva, la fluidez verbal y reducir la ansiedad y la depresión.
- Yoga y Tai Chi Chuan: Estas prácticas corporales pueden mejorar la función motora, el equilibrio y potencialmente retrasar el deterioro cognitivo en etapas tempranas. También promueven la calma y reducen el estrés.
- Terapia Ocupacional y Fisioterapia: Ayudan a mantener la capacidad de realizar actividades diarias y la movilidad, lo que puede aumentar la independencia y reducir la frustración.
Manejo Médico y Terapéutico
Si bien las estrategias conductuales son la primera línea de acción para la agitación, el manejo médico es una parte importante del cuidado integral de la demencia. Los médicos pueden ajustar medicamentos existentes que puedan estar contribuyendo a la confusión o agitación. En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para manejar síntomas específicos, como la ansiedad, la depresión o la psicosis (alucinaciones, delirios) si están presentes y contribuyen a la agitación.
Medicamentos como los inhibidores de la colinesterasa (donepezilo, galantamina, rivastigmina) y la memantina se utilizan para tratar los síntomas cognitivos de la demencia y pueden ofrecer una mejora temporal en la función mental, lo que indirectamente puede reducir la confusión y la agitación. Sin embargo, su eficacia varía y no detienen la progresión de la enfermedad.
Es fundamental tratar cualquier condición médica subyacente (infecciones, dolor, problemas tiroideos, deficiencias vitamínicas) que pueda estar causando o empeorando los síntomas de demencia, incluida la agitación.

El Impacto en los Cuidadores y la Importancia del Apoyo
Cuidar de una persona con demencia es una tarea exigente que puede generar un estrés considerable en los cuidadores. La fatiga, la frustración y el riesgo de agotamiento (burnout) son altos. Los cuidadores necesitan apoyo para poder proporcionar el mejor cuidado posible a la persona con demencia.
Es vital que los cuidadores cuiden de su propia salud física y mental. Esto incluye:
- Buscar información y educación sobre la demencia y cómo manejar los síntomas.
- Unirse a grupos de apoyo para cuidadores, donde pueden compartir experiencias y estrategias.
- Buscar ayuda profesional (médicos, terapeutas, trabajadores sociales).
- Considerar la ayuda de servicios de relevo o respiro, que permiten al cuidador tomar un descanso.
- Mantener contactos sociales y realizar actividades que disfruten para reducir el estrés.
Técnicas como el Mindfulness (atención plena) pueden ser útiles para los cuidadores para manejar el estrés y mejorar su bienestar emocional.
Preguntas Frecuentes sobre la Demencia y la Agitación
Aquí respondemos algunas preguntas comunes:
¿Qué es exactamente la demencia?
La demencia es un término general para un declive en la capacidad mental lo suficientemente grave como para interferir en la vida diaria. Afecta la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio y el comportamiento. No es una parte normal del envejecimiento.
¿Es la agitación un síntoma inevitable de la demencia?
No todas las personas con demencia experimentarán agitación significativa, pero es un síntoma común, especialmente en las etapas intermedias y avanzadas. Suele estar relacionado con la confusión, el miedo o necesidades no satisfechas.
¿Cómo puedo prevenir las crisis de agitación?
Si bien no siempre se pueden prevenir, mantener una rutina consistente, crear un entorno tranquilo y seguro, evitar la sobreestimulación, asegurar que las necesidades básicas estén cubiertas (hambre, sed, baño, comodidad) y estar atento a los gatillos conocidos puede reducir su frecuencia e intensidad.
¿Cuándo debo buscar ayuda profesional por la agitación?
Debe buscar ayuda profesional si la agitación es intensa, pone en riesgo la seguridad de la persona o de otros, o si las estrategias no farmacológicas no son efectivas. Un médico puede evaluar si hay causas médicas tratables o si se necesita medicación para manejar los síntomas conductuales.
¿Pueden los medicamentos ayudar a calmar la agitación?
Los medicamentos pueden ser útiles en algunos casos, especialmente si la agitación está relacionada con ansiedad severa, depresión o psicosis. Sin embargo, siempre se prefieren las estrategias no farmacológicas primero, y los medicamentos deben usarse con precaución debido a los posibles efectos secundarios.
¿Cómo puedo comunicarme mejor con alguien que está agitado debido a la demencia?
Use un tono de voz suave y calmado. Hable despacio y use frases cortas y sencillas. Evite discutir o intentar razonar. Valide sus sentimientos (“Pareces molesto/a”) y ofrezca reaseguro. A veces, el contacto físico suave (si lo acepta) o una distracción simple es más efectivo que las palabras.
Conclusión
Manejar las crisis de agitación en la demencia requiere paciencia, comprensión y un enfoque centrado en la persona. Al entender que la agitación es un síntoma de la enfermedad y no un comportamiento intencional, los cuidadores pueden responder de manera más efectiva. Implementar estrategias como mantener la calma, seguir una rutina, controlar la estimulación, ofrecer afecto e identificar y abordar los gatillos puede ayudar a reducir la frecuencia y la intensidad de estas crisis. El apoyo a los cuidadores es igualmente importante para garantizar el bienestar de todos. Con un cuidado informado y compasivo, es posible mejorar la calidad de vida de las personas que viven con demencia y navegar juntos por los desafíos que presenta esta enfermedad.
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