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Estenosis Lumbar: Opciones Sin Cirugía

11/09/2022

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La estenosis de canal lumbar es una patología que se ha vuelto cada vez más relevante en nuestra sociedad actual, principalmente debido al progresivo envejecimiento de la población. Afectando a millones de personas mayores, esta condición puede impactar significativamente la calidad de vida al causar dolor y limitar la movilidad. Sin embargo, es importante saber que, en muchos casos, existen tratamientos efectivos que permiten abordar la estenosis lumbar sin la necesidad de recurrir a la cirugía, ofreciendo alternativas terapéuticas que buscan aliviar los síntomas y mejorar el bienestar del paciente.

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En este artículo, profundizaremos en qué consiste la estenosis de canal lumbar, por qué se produce, los síntomas que la caracterizan y, fundamentalmente, exploraremos las diversas opciones de tratamiento disponibles, con un enfoque particular en las técnicas no quirúrgicas que se manejan en unidades especializadas en el tratamiento del dolor.

¿De que hablaremos?

¿Qué es la Estenosis de Canal Lumbar?

La estenosis de canal es una condición degenerativa que afecta la columna vertebral. Se caracteriza por un estrechamiento del canal espinal, el conducto óseo que alberga la médula espinal y los nervios raquídeos. Este estrechamiento puede ocurrir en cualquier punto a lo largo de la columna, pero es particularmente frecuente en la región lumbar, la parte baja de la espalda.

Cuando el espacio dentro del canal se reduce, las estructuras nerviosas que pasan por él pueden ser comprimidas. Esta compresión es la responsable de la mayoría de los síntomas que experimentan los pacientes con estenosis lumbar.

Prevalencia e Impacto

Aunque la cifra exacta de personas afectadas es difícil de determinar, se estima que la estenosis de canal es muy común en la población mayor. Alrededor del 20% de las personas mayores de 65 años presentan algún grado de estenosis de canal en las pruebas de imagen, y aproximadamente el 4% tiene una estenosis considerada severa (con un canal espinal de menos de 10 mm de diámetro). Curiosamente, un porcentaje significativo de estos pacientes (aproximadamente el 35%) pueden ser asintomáticos, es decir, no experimentar dolor ni otros síntomas a pesar de la presencia de la estenosis en una resonancia magnética. No obstante, tener estenosis de canal lumbar visible en una prueba de imagen multiplica por 3,6 el riesgo de desarrollar dolor lumbar.

Causas de la Estenosis de Canal

Podemos clasificar las causas de la estenosis de canal lumbar en tres categorías principales:

  • Traumática: Ocurre como resultado de una lesión o un traumatismo que provoca alteraciones en los tejidos de la columna vertebral, como fracturas o desplazamientos.
  • Degenerativa: Es, con diferencia, la causa más común, responsable de más del 90% de los casos. Se debe al desgaste natural de la columna vertebral asociado al proceso de envejecimiento.
  • Congénita: Está presente desde el nacimiento y es el resultado de una malformación en el desarrollo de la columna vertebral durante la gestación.

La causa degenerativa es la predominante y se explica por varios procesos que ocurren con la edad. Los discos intervertebrales lumbares, que actúan como amortiguadores entre las vértebras, pierden altura y elasticidad. Esta pérdida de altura reduce el tamaño de los agujeros por donde salen las raíces nerviosas, conocidos como forámenes. Además, las articulaciones pequeñas ubicadas en la parte posterior de la columna (articulaciones zigo-apofisarias) y los ligamentos que brindan soporte a la espalda tienden a crecer o hipertrofiarse con el tiempo. Estos cambios contribuyen conjuntamente al estrechamiento del canal espinal y la compresión de las raíces nerviosas lumbares.

Síntomas Característicos

En las etapas iniciales, la estenosis de canal lumbar a menudo no presenta síntomas. Cuando aparecen, suelen hacerlo de forma progresiva. El síntoma más distintivo y común es el dolor que se manifiesta al caminar. Este dolor generalmente comienza en los glúteos y se irradia hacia abajo por las piernas, dificultando la marcha. Los pacientes suelen necesitar detenerse y descansar para aliviar el dolor antes de poder continuar caminando. Este fenómeno se conoce como claudicación neurológica.

La claudicación neurológica a menudo va acompañada de otros síntomas en las piernas, como debilidad muscular, sensación de pérdida de fuerza, pesadez al caminar, hormigueo o entumecimiento (parestesias y disestesias). A diferencia de la claudicación vascular (causada por problemas circulatorios), la claudicación neurológica típicamente mejora al sentarse o inclinarse hacia adelante, lo que abre ligeramente el canal espinal, y no solo con el simple descanso.

Además de la claudicación, la estenosis de canal lumbar a menudo coexiste con otros problemas asociados a la artrosis lumbar, como el síndrome facetario. Esto puede manifestarse como dolor en la zona lumbar al estar de pie mucho tiempo en la misma postura. También son frecuentes los episodios inflamatorios agudos de las raíces nerviosas comprimidas, lo que desencadena crisis de ciática. Con el tiempo, estas crisis pueden volverse recurrentes o incluso crónicas.

Diagnóstico de la Estenosis Lumbar

El diagnóstico de la estenosis de canal lumbar se basa en la combinación de la historia clínica del paciente, la exploración física y, fundamentalmente, las pruebas de imagen. La resonancia magnética (RM) es la herramienta de diagnóstico por imagen más útil, ya que permite visualizar con detalle el grado de estrechamiento del canal, la compresión de las estructuras nerviosas y los cambios degenerativos asociados (estado de los discos, articulaciones, ligamentos). En algunos casos, también pueden ser útiles las pruebas electrofisiológicas (como la electromiografía y los potenciales evocados) para evaluar el grado de afectación funcional de los nervios, tanto a nivel motor como sensitivo.

Enfoques de Tratamiento

El objetivo principal del tratamiento de la estenosis lumbar es aliviar el dolor, reducir los síntomas neurológicos y mejorar la capacidad funcional del paciente, permitiéndole recuperar su calidad de vida. El enfoque terapéutico suele ser escalonado, comenzando por las opciones menos invasivas.

Tratamiento Conservador Inicial

Para la mayoría de los pacientes, el tratamiento inicial recomendado es el conservador. Este abordaje incluye:

  • Una pauta corta de medicamentos antiinflamatorios (generalmente por 1-2 semanas) para reducir la inflamación y el dolor.
  • Programas de fisioterapia y ejercicios específicos diseñados para fortalecer la musculatura de la espalda y el abdomen, mejorar la flexibilidad y la postura. Los estiramientos también son parte fundamental.
  • Corrección de factores de riesgo modificables, siendo la obesidad uno de los más importantes, ya que el exceso de peso aumenta la carga sobre la columna lumbar.
  • Uso de medicación para el dolor neuropático, como la gabapentina o la pregabalina. Sin embargo, es crucial tener precaución con estos fármacos, especialmente en pacientes mayores, debido al riesgo de aumento de caídas y a que no siempre se toleran bien por la sedación que pueden producir.

La evolución del paciente es monitorizada durante este periodo. Si después de un tiempo prudencial con tratamiento conservador no se observan mejoras significativas en los síntomas, se pueden considerar otras opciones.

Infiltraciones Epidurales: Un Paso Clave No Quirúrgico

Cuando el tratamiento conservador no es suficiente para controlar el dolor y los síntomas, el siguiente paso recomendado suelen ser las infiltraciones epidurales. Este procedimiento se considera mínimamente invasivo y ha demostrado ser efectivo y seguro para tratar el dolor asociado a la estenosis lumbar y la compresión nerviosa.

Las infiltraciones consisten en inyectar medicamentos directamente en el espacio epidural. Este espacio se encuentra dentro del canal vertebral, rodeando las membranas que envuelven la médula espinal (la duramadre). Contiene nervios, grasa y vasos sanguíneos. Los medicamentos que se inyectan suelen ser antiinflamatorios (como corticoides), anestésicos locales, y en ocasiones, ozono. Estos componentes pueden usarse solos o combinados.

El objetivo principal de las infiltraciones epidurales es reducir la inflamación alrededor de las raíces nerviosas comprimidas, lo que a su vez alivia el dolor. A diferencia de la anestesia epidural que se usa en cirugías o partos, las infiltraciones terapéuticas se enfocan en la administración precisa de fármacos antiinflamatorios en la zona afectada por la estenosis. Es importante destacar que el uso de ozonoterapia en combinación con los corticoides puede aumentar la eficacia del tratamiento y permitir reducir la dosis de esteroides, disminuyendo así sus posibles efectos secundarios. También puede facilitar una técnica más avanzada llamada epidurolisis.

Técnicas Específicas de Infiltración y Procedimientos Avanzados

Dentro de las infiltraciones epidurales, existen diferentes técnicas de abordaje que el médico especialista selecciona en función de la localización y características específicas de la estenosis y la compresión nerviosa:

  • Infiltración Interlaminar: El medicamento se inyecta en el espacio epidural a través del espacio entre las láminas de dos vértebras adyacentes, accediendo al espacio epidural posterior.
  • Infiltración Caudal: Se accede al espacio epidural a través de una pequeña abertura natural en el extremo inferior del hueso sacro (el hiato sacro). Esta técnica a menudo requiere un mayor volumen de fármaco para que alcance los niveles lumbares afectados, pero es útil para estenosis en la parte baja de la columna lumbar o para procedimientos de mayor volumen.
  • Infiltración Transforaminal: Esta técnica es más selectiva. El medicamento se deposita directamente en el foramen intervertebral, el agujero por donde sale la raíz nerviosa afectada. Permite que el fármaco llegue de manera más concentrada al foco de la compresión nerviosa en el espacio epidural ventrolateral (anterior y lateral).
  • Epidurolisis con Catéter: Es una técnica más avanzada que utiliza un catéter especial que se inserta generalmente por vía caudal. El catéter permite acceder a zonas más específicas del canal estenótico para liberar adherencias o administrar medicación directamente en el área de compresión. Existen catéteres con diferentes funcionalidades. Por ejemplo, el catéter de radiofrecuencia intracanal epidural permite aplicar radiofrecuencia pulsada (fría) sobre una raíz nerviosa específica para modular el dolor. El nuevo catéter de epidurolisis con balón dirigible puede ser utilizado para dilatar suavemente las estenosis foraminales.

Todas estas técnicas de infiltración y epidurolisis se realizan habitualmente con el apoyo de equipos tecnológicos que permiten un control visual en tiempo real, como la fluoroscopia (una forma de rayos X continua). Esto es fundamental para guiar la aguja o el catéter de forma precisa, asegurando que el medicamento se deposite exactamente en el lugar deseado y aumentando la seguridad y eficacia del procedimiento. Son procedimientos ambulatorios, lo que significa que el paciente regresa a casa el mismo día.

La mayoría de los pacientes experimentan una disminución significativa del dolor lumbar y de la claudicación después de las infiltraciones epidurales, lo que les permite mejorar su capacidad para caminar y, en consecuencia, su calidad de vida.

Otros Tratamientos de la Unidad del Dolor

Además de los bloqueos epidurales y la epidurolisis, las unidades del dolor disponen de otras técnicas que pueden ser útiles en casos específicos de estenosis lumbar o problemas asociados:

  • Si el dolor lumbar predomina sobre los síntomas en las piernas (ciática), a menudo asociados al síndrome facetario, puede ser beneficioso un tratamiento de radiofrecuencia sobre las articulaciones facetarias lumbares. La radiofrecuencia utiliza calor controlado o pulsos eléctricos para modular la actividad nerviosa en esas articulaciones y reducir la señal de dolor.
  • En casos donde la estenosis está significativamente influenciada por una discopatía compresiva (un disco intervertebral que protruye o hernia y comprime las estructuras nerviosas), ciertas técnicas discales mínimamente invasivas pueden ser útiles para reducir el tamaño del disco y así aliviar la compresión y mejorar tanto la estenosis como el dolor.

La Cirugía: Última Opción

La cirugía para la estenosis lumbar se considera generalmente como el último recurso. Está indicada cuando las medidas conservadoras y los tratamientos intervencionistas (como las infiltraciones) no han logrado aliviar los síntomas de manera efectiva, o si el paciente presenta un grado severo de afectación neurológica (por ejemplo, debilidad muscular progresiva, pérdida de sensibilidad importante, o problemas de control de esfínteres) que podría empeorar sin intervención. La decisión de operar también depende de la condición clínica general del paciente y su capacidad para tolerar un procedimiento quirúrgico.

El objetivo de la cirugía es descomprimir las estructuras nerviosas, generalmente retirando hueso (laminectomía), ligamentos engrosados o partes del disco que están causando la compresión. Si hay inestabilidad asociada, puede ser necesaria una fusión vertebral.

Preguntas Frecuentes sobre la Estenosis Lumbar

¿Qué es la claudicación neurológica?
Es el síntoma más común de la estenosis lumbar. Consiste en dolor, debilidad, hormigueo o entumecimiento en los glúteos y piernas que aparece al caminar y mejora al detenerse, sentarse o inclinarse hacia adelante.

¿La estenosis lumbar siempre causa dolor?
No, aproximadamente el 35% de las personas con estenosis de canal visible en una resonancia magnética no presentan síntomas.

¿Cuál es la causa más frecuente de estenosis lumbar?
La causa más frecuente es la degenerativa, relacionada con el envejecimiento y el desgaste de los discos intervertebrales, las articulaciones facetarias y los ligamentos de la columna.

¿Siempre se necesita cirugía para tratar la estenosis lumbar?
No. El tratamiento inicial es conservador (fisioterapia, medicación). Si no mejora, se consideran las infiltraciones epidurales y otras técnicas de la unidad del dolor. La cirugía es una opción cuando estas medidas no son efectivas o hay síntomas neurológicos severos.

¿Son seguras las infiltraciones epidurales?
Sí, cuando son realizadas por profesionales experimentados y bajo control radiológico (fluoroscopia), las infiltraciones epidurales son procedimientos seguros y efectivos para el manejo del dolor.

Conclusiones

La estenosis de canal lumbar es un problema de salud cada vez más frecuente, especialmente en la población de edad avanzada, y puede afectar significativamente la calidad de vida debido al dolor y las limitaciones funcionales. Es fundamental entender que, aunque la cirugía es una opción en casos seleccionados, existen alternativas terapéuticas muy efectivas que permiten controlar los síntomas en la gran mayoría de los pacientes.

Las técnicas de la unidad del dolor, como las diversas modalidades de infiltraciones epidurales (interlaminar, caudal, transforaminal) y procedimientos avanzados como la epidurolisis con catéter, así como otras opciones como la radiofrecuencia o las técnicas discales, ofrecen un abanico de posibilidades para aliviar la compresión nerviosa, reducir la inflamación y disminuir el dolor. Combinadas con un programa adecuado de rehabilitación física, estas técnicas permiten a muchos pacientes con estenosis de canal lumbar recuperar su movilidad, mejorar su calidad de vida y evitar la necesidad de una intervención quirúrgica mayor.

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