¿Cómo evitar que avance la esclerosis múltiple?

Nutrición y Esclerosis Múltiple: Guía Práctica

15/02/2023

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La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad compleja, y si bien no existe una cura definitiva, diversas estrategias pueden ayudar a gestionar sus síntomas y mejorar la calidad de vida. Uno de los campos que ha ganado creciente atención en la investigación es la relación entre la alimentación y la esclerosis múltiple. A lo largo de los años, los estudios han explorado cómo lo que comemos puede influir en la evolución de la enfermedad y en el bienestar general de las personas afectadas.

¿Cómo es el abrazo de la esclerosis múltiple?
Disestesia (o “abrazo de la esclerosis múltiple”) — Quizá sienta presión alrededor del pecho o abdomen, causado por espasmos en los pequeños músculos entre las costillas. Puede ser molesta o dolorosa. A veces solo afecta la parte anterior o posterior del cuerpo. Puede empeorar con el calor, la fatiga y el estrés.

Es fundamental comprender que, hasta la fecha, ninguna dieta específica ha demostrado ser una cura milagrosa para la EM. Sin embargo, una alimentación saludable y equilibrada sí puede ser un pilar importante en el manejo de los síntomas y en el apoyo al organismo. No se trata de encontrar una solución rápida, sino de adoptar hábitos nutricionales sostenibles que complementen el tratamiento médico.

Además, se ha observado que ciertos factores nutricionales pueden estar relacionados con un mayor riesgo de desarrollar esclerosis múltiple. Entre ellos destacan la deficiencia de vitamina D y el sobrepeso durante la adolescencia. Esto subraya la importancia de la nutrición no solo en la gestión de la enfermedad, sino también potencialmente en su prevención.

¿De que hablaremos?

La Importancia de una Alimentación Equilibrada

Una alimentación variada y equilibrada es la piedra angular para asegurar que el cuerpo recibe todos los nutrientes necesarios. En el contexto de la esclerosis múltiple, esto es especialmente relevante, ya que el cuerpo puede necesitar apoyo adicional para manejar la inflamación y mantener la función neurológica. Consumir una amplia gama de alimentos asegura la ingesta de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes que son vitales para la salud general y pueden tener efectos positivos en la EM.

Si bien la dieta es crucial, es importante recordar que ningún suplemento o patrón dietético puede sustituir el tratamiento médico prescrito para la esclerosis múltiple. La dieta debe verse como un complemento al tratamiento, una herramienta para optimizar la salud y el bienestar, no como una alternativa a la medicación.

Alimentos a Priorizar: Nutrientes Clave

Para las personas con esclerosis múltiple, centrarse en alimentos que aportan nutrientes beneficiosos es clave. Estos alimentos no solo nutren el cuerpo, sino que también pueden tener propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras.

  • Verduras y Frutas: Son fuentes invaluables de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes. Muchos de estos compuestos tienen efectos antiinflamatorios y se ha sugerido que pueden ayudar a frenar la progresión de la EM. Incluir una amplia variedad de colores asegura una ingesta diversa de nutrientes.
  • Legumbres: Lentejas, garbanzos, frijoles, etc., son ricas en proteínas vegetales, fibra, vitaminas del grupo B y minerales como el hierro. Su alto contenido en fibra es particularmente beneficioso para combatir el estreñimiento, un síntoma común en la EM.
  • Frutos Secos y Semillas: Almendras, nueces, semillas de chía, lino, girasol, etc., son excelentes fuentes de ácidos grasos poliinsaturados, incluyendo omega-3 y omega-6 (en equilibrio), fibra, vitaminas y minerales. Son un snack nutritivo o un complemento ideal para comidas.
  • Pescado Azul: Salmón, caballa, sardinas, arenques, etc., son famosos por su alto contenido en ácidos grasos omega-3, especialmente EPA y DHA. Estos ácidos grasos son conocidos por sus potentes propiedades antiinflamatorias, lo que los hace muy recomendables. Se sugiere consumir pescado azul al menos dos veces por semana.
  • Agua: Aunque no es un alimento en sí, la hidratación es fundamental. El agua es vital para todas las funciones corporales, incluido el tránsito intestinal y la regulación de la temperatura corporal, aspectos que pueden verse afectados en la EM. Se recomienda un mínimo de 1 litro de agua al día, aunque la cantidad ideal varía según la persona y la actividad.

Alimentos a Limitar o Evitar

Así como hay alimentos que benefician, existen otros cuyo consumo debería ser limitado o evitado, ya que pueden contribuir a la inflamación o empeorar ciertos síntomas.

  • Alimentos Procesados: Suelen ser altos en sodio, grasas poco saludables (saturadas y trans) y azúcares añadidos. Snacks empaquetados, bollería industrial, embutidos procesados y salsas preparadas entran en esta categoría. Su consumo regular puede promover la inflamación.
  • Alimentos Ricos en Grasas Saturadas y Trans: Estas grasas se encuentran comúnmente en carnes rojas y sus derivados, productos lácteos enteros y alimentos ultraprocesados. Se ha sugerido una relación entre un alto consumo de carne y efectos negativos en la EM. Reducir su ingesta es aconsejable.
  • Productos Azucarados: Refrescos, zumos envasados con azúcar añadido, pasteles, galletas comerciales y golosinas. El exceso de azúcar puede contribuir a la inflamación en el cuerpo y al aumento de peso.

La clave está en moderación y en priorizar siempre las opciones menos procesadas y más naturales.

Tabla Comparativa: Alimentos Recomendados vs. Alimentos a Limitar

Alimentos RecomendadosAlimentos a Limitar o Evitar
Verduras y frutas frescas y variadasAlimentos procesados (snacks, bollería industrial)
Legumbres (lentejas, garbanzos, etc.)Alimentos ricos en grasas saturadas/trans (carnes rojas, embutidos)
Frutos secos y semillas naturalesProductos azucarados (refrescos, pasteles)
Pescado azul (salmón, sardinas)Salsas y aderezos ultraprocesados
Aceite de oliva virgen extraGrasas hidrogenadas (margarinas sólidas)
Cereales integralesCereales refinados (pan blanco, arroz blanco)
Agua como bebida principalBebidas azucaradas

El Papel de la Vitamina D y el Sol

La vitamina D es un nutriente que ha demostrado ser particularmente relevante en la esclerosis múltiple. Se ha publicado recientemente que una adecuada ingesta de vitamina D, o niveles suficientes en sangre, podrían ayudar a ralentizar la progresión de la enfermedad.

La principal fuente de vitamina D para el cuerpo es la exposición solar. Exponerse al sol durante 10 a 15 minutos al día, unas tres veces por semana (fuera de las horas pico de radiación y protegiendo la piel), puede ayudar al cuerpo a sintetizar esta vitamina. Además de la exposición solar, incluir alimentos ricos en vitamina D en la dieta (como pescado azul, huevos y alimentos fortificados) es recomendable.

En casos de deficiencia comprobada, el médico puede valorar la necesidad de un suplemento de vitamina D. Es crucial no automedicarse y consultar siempre a un profesional de la salud antes de tomar suplementos.

Dietas Populares: ¿Existe una Dieta 'Milagro' para la EM?

En la búsqueda de alivio y mejora, muchas personas exploran diferentes patrones dietéticos. La dieta Swank, la dieta sin gluten, la dieta paleo, la dieta mediterránea y la dieta vegetariana son ejemplos de enfoques que se han propuesto para mejorar los síntomas de la esclerosis múltiple.

Sin embargo, es fundamental ser cauteloso. A pesar del interés, ninguna de estas dietas ha demostrado hasta la fecha una evidencia científica suficiente y concluyente para ser recomendada universalmente como tratamiento para la EM. Algunas de ellas, si no están bien planificadas, incluso podrían llevar a carencias nutricionales.

Does accupuncture really work?
Research has shown that acupuncture may be helpful for several pain conditions, including back or neck pain, knee pain associated with osteoarthritis, and postoperative pain. It may also help relieve joint pain associated with the use of aromatase inhibitors, which are drugs used in people with breast cancer.

Por ello, antes de adoptar cualquier dieta restrictiva o muy específica, es imprescindible consultar con un nutricionista o un profesional de la salud especializado. Ellos pueden evaluar tus necesidades individuales, considerar posibles interacciones con la medicación y asegurar que cualquier cambio dietético sea seguro y nutricionalmente completo.

Planificando tu Menú Semanal

Diseñar un menú que se adapte a las necesidades individuales y a los síntomas de la esclerosis múltiple puede ser muy beneficioso. La planificación anticipada, preparando comidas o ingredientes con antelación, puede simplificar el proceso y asegurar una alimentación constante y saludable.

Al planificar, considera tus propios gustos, posibles alergias o intolerancias, y cómo ciertos alimentos afectan tus síntomas particulares. Por ejemplo, si el estreñimiento es un problema, enfócate en aumentar la fibra; si la fatiga es un desafío, quizás opta por comidas más pequeñas y frecuentes.

Aquí tienes una estructura general que podría servir de base para un menú, adaptándolo siempre a tus preferencias y necesidades:

  • Desayuno: Combina diferentes grupos de alimentos. Podría incluir fruta fresca, una fuente de lácteo (leche, yogur o alternativa vegetal), y una fuente de carbohidratos complejos y grasas saludables como pan integral, cereales integrales sin azúcar, o frutos secos y semillas.
  • Media Mañana / Merienda: Ideal para mantener la energía y evitar llegar con demasiada hambre a la siguiente comida. Opciones saludables incluyen fruta, yogur, un puñado de frutos secos o crudités (verduras crudas cortadas) como zanahoria o pepino.
  • Comida y Cena: Estructura estos platos para incluir una buena porción de verduras (ensalada o cocidas), una fuente de proteína (legumbres, pasta integral, arroz integral, carne magra, pescado o huevos) y una grasa saludable (aceite de oliva). Es recomendable alternar las fuentes de proteína animal, quizás limitando la carne roja y priorizando pescado azul y legumbres. Una sola ración principal de carne, pescado o huevos al día suele ser suficiente. Finaliza con una infusión, fruta o yogur.

La clave está en la variedad y en escuchar a tu cuerpo. Una alimentación bien planificada no solo aporta nutrientes, sino que también puede ayudar a manejar síntomas como la fatiga, problemas intestinales y el control del peso, aspectos importantes en la gestión de la EM.

Preguntas Frecuentes sobre Dieta y Esclerosis Múltiple

Surgen muchas dudas cuando se aborda el tema de la alimentación en la EM. Aquí respondemos algunas de las más comunes basándonos en la información disponible:

¿Existe una dieta que cure la esclerosis múltiple?

No, actualmente no hay ninguna dieta que haya demostrado curar la esclerosis múltiple o detener su progresión por sí sola. La dieta es un complemento al tratamiento médico, no un sustituto.

¿Qué alimentos debo evitar estrictamente?

Se recomienda limitar o evitar los alimentos ultraprocesados, aquellos muy altos en grasas saturadas y trans (como algunas carnes rojas y embutidos) y los productos con alto contenido de azúcar añadido (bebidas azucaradas, bollería). Estos pueden contribuir a la inflamación.

¿Son buenos los suplementos nutricionales?

Los suplementos pueden ser útiles en casos de deficiencia (como la vitamina D), pero siempre deben ser recomendados y supervisados por un profesional de la salud (médico o nutricionista). Una dieta equilibrada debería proporcionar la mayoría de los nutrientes necesarios.

¿La vitamina D realmente ayuda?

Sí, hay evidencia creciente que sugiere que tener niveles adecuados de vitamina D puede ayudar a ralentizar la progresión de la EM. Se obtiene a través de la exposición solar controlada y algunos alimentos, o suplementos bajo supervisión médica.

¿Puedo seguir una dieta vegetariana o vegana con EM?

Sí, es posible seguir estas dietas, pero requieren una planificación cuidadosa para asegurar la ingesta adecuada de todos los nutrientes esenciales (como vitamina B12, hierro, omega-3, etc.). Es recomendable buscar el asesoramiento de un nutricionista.

¿Cómo afecta el peso a la EM?

Tanto el sobrepeso como la pérdida excesiva de peso pueden ser perjudiciales para las personas con EM. Mantener un peso saludable a través de la dieta y el ejercicio (si es posible) es importante para el bienestar general y puede ayudar a manejar ciertos síntomas.

En conclusión, si bien la alimentación no es una cura para la esclerosis múltiple, adoptar hábitos nutricionales saludables es una estrategia poderosa para apoyar el cuerpo, mejorar el manejo de los síntomas y contribuir a una mejor calidad de vida. Priorizar alimentos integrales, ricos en vitaminas, minerales y fibra, limitar los procesados y azucarados, y mantener una hidratación adecuada son pasos fundamentales. Siempre es aconsejable trabajar de la mano con profesionales de la salud para adaptar las recomendaciones dietéticas a tus necesidades específicas.

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