30/12/2007
Los sangrados nasales, también conocidos como epistaxis, son una experiencia común para muchas personas. Aunque pueden parecer alarmantes, la gran mayoría de ellos no son graves y son relativamente fáciles de manejar en casa. Comprender por qué ocurren y cómo actuar es fundamental para mantener la calma y resolver la situación eficazmente.

Nuestra nariz es una estructura fascinante, ricamente irrigada por una vasta red de diminutos vasos sanguíneos. Esta característica la hace muy eficiente para calentar y humidificar el aire que respiramos antes de que llegue a nuestros pulmones. Sin embargo, también la vuelve susceptible a sangrados ante la menor irritación o sequedad.

La mayor parte de las hemorragias nasales se originan en la parte frontal del tabique nasal. El tabique es esa pared delgada que separa las dos fosas nasales. En su parte anterior, existe una zona particularmente densa en vasos sanguíneos llamada plexo de Kiesselbach. Esta ubicación frontal hace que estos sangrados sean más visibles y, afortunadamente, más accesibles para detenerlos mediante presión.
Con menos frecuencia, los sangrados pueden originarse en la parte alta o más profunda de la cavidad nasal, incluso en áreas cercanas a los senos paranasales o la base del cráneo. Estos sangrados posteriores son menos comunes pero suelen ser más intensos y difíciles de controlar, requiriendo a menudo atención médica.
¿Por Qué Ocurren los Sangrados Nasales?
Como se mencionó, la nariz es delicada. Varias causas pueden desencadenar un sangrado:
- Sequedad del aire: Especialmente durante el invierno, el aire interior tiende a ser muy seco debido a la calefacción. Esta sequedad reseca las membranas nasales, haciéndolas frágiles y propensas a agrietarse y sangrar.
- Irritación o rascado: Hurgarse la nariz, sonarse con demasiada fuerza o la presencia de costras pueden dañar los delicados vasos sanguíneos.
- Resfriados y alergias: La inflamación y la congestión asociadas con estas condiciones pueden irritar el revestimiento nasal y aumentar la probabilidad de sangrado. El estornudo frecuente o el sonarse la nariz también contribuyen.
- Lesiones: Un golpe en la nariz, incluso leve, puede causar un sangrado.
- Medicamentos: Ciertos medicamentos, como los anticoagulantes (aspirina, warfarina, etc.) o los aerosoles nasales (especialmente si se usan incorrectamente o en exceso), pueden aumentar el riesgo.
- Desviación del tabique: Una curvatura en el tabique nasal puede hacer que el flujo de aire sea irregular, resecando más un lado de la nariz y haciéndolo más propenso a sangrar.
- Otras causas: Menos comunes incluyen presión arterial alta, trastornos de la coagulación, tumores nasales (raro) o exposición a irritantes químicos.
Tipos de Sangrados Nasales: Anteriores vs. Posteriores
Entender la diferencia entre los dos tipos principales de sangrados nasales ayuda a determinar la gravedad y el manejo adecuado.
| Característica | Sangrado Anterior | Sangrado Posterior |
|---|---|---|
| Origen | Parte frontal del tabique nasal (Plexo de Kiesselbach) | Parte alta o profunda de la cavidad nasal |
| Frecuencia | Muy común (90-95% de los casos) | Menos común (5-10% de los casos) |
| Gravedad | Generalmente leve a moderado | Puede ser severo y difícil de controlar |
| Flujo | Suele salir principalmente por una fosa nasal, visiblemente hacia afuera | Puede fluir hacia atrás por la garganta, ser difícil de localizar el origen |
| Edad común | Más común en niños y adultos jóvenes | Más común en adultos mayores |
| Manejo inicial | Suele detenerse con medidas de primeros auxilios en casa | A menudo requiere atención médica profesional |
La gran mayoría de los sangrados que experimentamos son anteriores. Son los que vemos salir por la fosa nasal y que podemos intentar detener nosotros mismos.
Pasos Para Detener un Sangrado Nasal Anterior
Si te enfrentas a un sangrado nasal, sigue estos pasos calmada y metódicamente:
- Mantén la calma: El pánico puede aumentar la presión arterial y empeorar el sangrado. Respira hondo.
- Siéntate e inclínate ligeramente hacia adelante: Es crucial sentarse erguido para reducir la presión en los vasos sanguíneos de la nariz. Inclinar la cabeza ligeramente hacia adelante evita que la sangre baje por la garganta, lo que podría causar náuseas o vómitos. ¡Nunca te inclines hacia atrás ni acuestes!
- Aprieta la parte blanda de la nariz: Usa el pulgar y el índice para apretar firmemente las fosas nasales, justo por debajo del hueso duro de la nariz, en la parte blanda. Esto aplica presión directamente sobre el plexo de Kiesselbach, el origen más común de los sangrados.
- Respira por la boca: Mientras aprietas la nariz, respira tranquilamente por la boca.
- Mantén la presión durante al menos 10-15 minutos: Este es el paso más importante. No sueltes la presión para ver si el sangrado ha parado antes de este tiempo. La presión constante permite que la sangre se coagule. Puedes usar un reloj para medir el tiempo.
- Aplica frío (opcional pero útil): Mientras mantienes la presión, puedes aplicar una compresa fría o hielo envuelto en un paño en el puente de la nariz y las mejillas. Esto ayuda a contraer los vasos sanguíneos.
- Suelta lentamente la presión: Después de los 10-15 minutos, suelta la presión suavemente. Si el sangrado ha parado, mantente en reposo durante unos minutos.
- Evita irritar la nariz: Durante las próximas horas, no te suenes la nariz, no te agaches ni levantes objetos pesados, y evita frotarte o hurgarte la nariz. Esto podría desalojar el coágulo y reiniciar el sangrado.
Si el sangrado continúa después de aplicar presión durante 10-15 minutos por segunda vez, o si el sangrado es muy abundante, busca atención médica.
¿Cuándo Buscar Ayuda Médica?
Aunque la mayoría de los sangrados nasales no son una emergencia, hay situaciones en las que es necesario consultar a un médico o acudir a urgencias:
- Si el sangrado es abundante y no disminuye después de 10-15 minutos de presión directa por segunda vez.
- Si sientes que la sangre fluye hacia atrás por la garganta de forma importante (sugiere un sangrado posterior).
- Si tienes dificultad para respirar.
- Si el sangrado ocurrió después de un golpe fuerte en la cabeza o la cara.
- Si te sientes mareado, débil o desmayado.
- Si tienes sangrados nasales frecuentes o recurrentes sin una causa obvia.
- Si estás tomando medicamentos anticoagulantes y el sangrado es difícil de controlar.
- Si tienes una condición médica que afecta la coagulación.
- Si el sangrado proviene de ambas fosas nasales simultáneamente y es abundante.
Un médico podrá determinar la causa exacta del sangrado, cauterizar los vasos sanguíneos si es necesario (un procedimiento para sellarlos con calor o sustancias químicas) o realizar un taponamiento nasal para aplicar presión interna. En casos de sangrados posteriores, pueden requerirse procedimientos más complejos.
Prevención de Sangrados Nasales
Prevenir es a menudo más sencillo que tratar. Aquí hay algunas medidas que puedes tomar para reducir el riesgo de sangrados nasales, especialmente si eres propenso a ellos:
- Mantén la humedad en el aire: Usa un humidificador en casa, especialmente en el dormitorio durante la noche, en los meses secos.
- Hidrata las fosas nasales: Aplica una pequeña cantidad de vaselina, ungüento nasal a base de agua salina o aceite de coco suavemente dentro de cada fosa nasal con un hisopo de algodón, especialmente antes de dormir y al despertar. Los aerosoles nasales de solución salina también son útiles para mantener la humedad.
- Evita hurgarte o rascarte la nariz: Mantén las uñas cortas, especialmente en niños.
- Suénate la nariz suavemente: Evita la fuerza excesiva al sonarte.
- Controla las alergias y resfriados: Trata estas condiciones para reducir la inflamación y congestión nasal.
- Usa aerosoles nasales con precaución: Si usas aerosoles descongestionantes, sigue las instrucciones y no los uses por más de unos pocos días, ya que pueden causar un efecto rebote que empeora la congestión y puede dañar el revestimiento nasal. Los aerosoles de esteroides nasales deben usarse según las indicaciones médicas.
- Evita irritantes: Mantente alejado del humo del cigarrillo y otros irritantes químicos que puedan secar o irritar la nariz.
- Controla la presión arterial: Si tienes hipertensión, asegúrate de que esté bien controlada con medicamentos y cambios en el estilo de vida, ya que la presión alta puede contribuir a sangrados, especialmente los posteriores.
Desde una perspectiva que valora el equilibrio del cuerpo, entendemos que la sequedad y la irritación son manifestaciones de un desbalance. Mantener la humedad y cuidar las mucosas nasales es una forma de nutrir y proteger esta puerta de entrada vital a nuestro sistema respiratorio.
Preguntas Frecuentes Sobre Sangrados Nasales
Aquí respondemos algunas dudas comunes:
¿Es grave un sangrado nasal?
La inmensa mayoría de los sangrados nasales (los anteriores) no son graves y se detienen con medidas de primeros auxilios. Los sangrados posteriores son menos comunes pero pueden ser más serios y requieren evaluación médica.
¿Por qué sangra la nariz más en invierno?
Principalmente debido a la sequedad del aire interior causada por la calefacción. El aire seco reseca las membranas nasales, haciéndolas más propensas a agrietarse y sangrar.
¿Puede el estrés causar sangrados nasales?
Indirectamente. El estrés puede elevar la presión arterial en algunas personas, lo que podría contribuir a un sangrado, especialmente si ya existen otros factores de riesgo.
¿Qué hago si la sangre baja por mi garganta?
Siéntate e inclínate hacia adelante. Escupe la sangre en lugar de tragarla, ya que tragarla puede causar náuseas y vómitos. Si el sangrado es abundante y fluye principalmente hacia atrás, busca atención médica, ya que podría ser un sangrado posterior.
¿Es normal que salgan coágulos después de un sangrado?
Sí, es normal ver coágulos de sangre después de que el sangrado ha parado. Son parte del proceso de coagulación natural del cuerpo.
¿Cuánto tiempo tarda en curarse la nariz después de un sangrado?
El vaso sanguíneo dañado tarda unos días en repararse. Es importante ser cuidadoso durante este tiempo para evitar reiniciar el sangrado. Evita hurgarte, sonarte fuerte o cualquier actividad que aumente la presión en la cabeza.
En conclusión, los sangrados nasales son un problema común que, en la mayoría de los casos, puede manejarse eficazmente en casa con las técnicas adecuadas. Conocer las causas, saber cómo aplicar presión correctamente y tomar medidas preventivas puede minimizar su aparición y severidad. Recuerda, si el sangrado es severo, prolongado o recurrente, la consulta médica es esencial.
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